No sé ustedes, pero los que suscriben llevan siempre en el morral una pequeña bolsa con guantes de plástico para, al final de la jornada, cumplir el rito de faenar la caza si ha habido éxito y poder degustarla más adelante.
En ocasiones, algunos compañeros de caza se extrañan por el uso de esta protección y afirman que usar guantes "es una tontería", porque salvo la conocida triquinosis poco hay que temer. No obstante, siempre alguien recuerda el brote de Tularemia en liebres de Castilla y León hace unos años y no le parece una mala idea ponerse guantes.
Por desgracia, las zoonosis, enfermedades que se transmiten de los animales a la personas (y también puede suceder al revés) son una realidad tan cruda como las consecuencias sanitarias de las personas que las padecen. Sin que se quiera causar el pánico, no son pocas las personas que se ven afectadas a lo largo del año por no tomar medidas sencillas para evitar el contagio. Como puede pensarse, el colectivo de cazadores está especialmente expuesto a este riesgo, tal y como sucede con los ganaderos, veterinarios y otras personas que tienen contacto con animales, tanto domésticos como salvajes.
¿Qué riesgos hay por especies?
En las aves, descartando la gripe aviar, que por el momento no supone preocupación para las Autoridades Sanitarias, deberíamos destacar la Clamidiasis (en rapaces principalmente y psitacidas, loros) y Salmonelosis, relacionada principalmente esta última a aves procedentes de criadero de "situación sanitaria dudosa". En general, las personas con contacto continuado con las aves sí podrían sufrir riesgo de contagio pero no son las aves un grupo especialmente peligroso.
En los lagomorfos, especialmente la liebre, debe tenerse especial cuidado con la Tularemia, enfermedad bacteriana que causó estragos en la población de liebre de Castilla y León a finales de los años noventa, con cientos de personas contagiadas en esta región.
En el jabalí la triquina es de obligado control veterinario, si bien todos los años siguen existiendo casos de personas afectadas por comer carne no analizada, especialmente embutidos frescos. En la sección de sanidad encontrarás un artículo que describe un poco más profundamente este proceso.
El gran grupo de los rumiantes tiene enfermedades zoonósicas notables, como la Tuberculosis, Sarna y otras enfermedades transmitidas por garrapatas (como la enfermedad de Lyme y Erliquiosis), sin olvidarnos de la temida Hidatidosis.
Por último, los carnívoros como el zorro y el lobo podrían ser un riesgo también por la Hidatidosis, ya que estas especies intervienen en el ciclo del parásito.
¿Qué hacer para prevenir las zoonosis?
Como siempre, hay que aplicar el sentido común. No nos vamos a meter en una burbuja para salir al campo, ni mucho menos, pero, una vez que el animal esté en nuestras manos y especialmente durante el faenado, es importante tener cuidado y emplear unas medidas básicas de protección que nos eviten sustos. Por otra parte, hay que respetar la costumbre de dejar que "los parásitos externos se marchen" antes de faenar al animal. Quién sabe si una garrapata nos elegirá a nosotros cuando está huyendo de su antiguo hospedador.
Cuando sospechemos de algo anormal a la hora de arreglar la canal, siempre será mejor pedir ayuda veterinaria o bien desecharla antes de correr un riesgo innecesario.
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