La gestión cinegética que poco a poco se va imponiendo en nuestros cotos poco tiene que ver con la que existía en España hace 30 o 40 años.
Sin duda, cuando el campo todavía guardaba un mosaico infinito de linderos, setos, regueros y la maquinaria era menos agresiva, quizás las únicas herramientas generalizadas de gestión eran el control de predadores en la menor y la suplementación de alimento y bebida en la mayor.
Las cosas han cambiado sobremanera en estos años y no todos los cotos han respondido de igual forma. Unas rutinas de trabajo se han impuesto y otras tardan aún en incorporarse, si bien a veces uno se sorprende por cómo ciertas prácticas, costosas y no siempre útiles, prevalecen sobre otras. Por ejemplo, muchos cotos de menor gastan importantes cantidades de dinero en suelta de animales de granja y apenas si prestan atención al cuidado del hábitat o por ejemplo invierten en crear comederos y bebederos artificiales y no cuidan los cursos de agua naturales. A veces, pequeños gestos que son de gran valor se menosprecian ya que son considerados erróneamente “inútiles”.
Este es el caso del registro de las capturas, una costumbre que sigue sin imponerse en nuestro campo, quizás derivado del “recelo” de dejar escrito lo que ha sucedido durante las jornadas de caza y que una vez más, con la temporada que acaba de comenzar, tenemos una gran oportunidad para continuar o iniciar esta recogida de datos que a medio plazo va a ser de gran valor en la gestión de nuestro coto.
¿Por qué hay que analizar las capturas?
En primer lugar debemos apuntar que el análisis de las capturas debe de acompañarse de censos previos de las especies cinegéticas de interés.
A grandes rasgos, estos censos se suelen realizar antes y después de la temporada reproductora. Por ejemplo, los cotos de perdiz suelen censar después de la temporada de caza, contando parejas, bandos de solteros y tras la estación reproductora, contando el tamaño de las polladas.
El análisis de las capturas nos puede permitir ajustarnos mejor a la producción de caza de cada temporada, siendo posible decidir con exactitud si debemos cerrar la caza o bien prolongarla. Caso parecido sucede en cotos que sueltan caza de granja, ya que el hecho de analizar las capturas puede dar una idea del rendimiento de estas sueltas. Ni que decir tiene que soltar animales marcados nos reportará mucha información.
En consecuencia, aquellos cotos que no realizan censos y tampoco análisis de la caza que “cosechan” no sólo están perdiendo información sobre la productividad de su coto o rendimiento de las sueltas, sino cometiendo importantes errores a la hora de tomar decisiones fundamentales, especialmente cuando las poblaciones son escasas.
¿Cómo analizar las capturas correctamente?
Una vez entendido que apuntar las capturas va a reportar importantes beneficios para nuestro coto, debemos asumir que estos nos va a llevar un tiempo y un pequeño esfuerzo, aunque sea poco.
Para aprovechar la información al máximo, debiéramos dar un repaso previo a la identificación y descripción de especies que vamos a analizar. Es posible que hayamos tenido en nuestras manos muchas piezas de caza a lo largo de nuestra vida pero, ¿sabemos distinguir correctamente un macho de una hembra, un adulto de una cría, algo normal de algo anormal? Tenemos a nuestra disposición mucha información, tanto en Internet como en libros, para salir airosos de esta situación y no debemos ser perezosos para dedicar un poco de tiempo a consultar bibliografía. Como siempre, hay profesionales formados que nos pueden ayudar en esta materia.
Antes de coger papel y bolígrafo para comenzar a apuntar, tenemos que pensar en el tipo de información que nos interesa. Hay cosas fundamentales, como la fecha y lugar de captura, la edad y el sexo de los animales capturados. Otros datos no tan importantes pero también valiosos pueden ser la climatología, si el animal estaba solo en grupo y cualquier situación relativa al lance que nos parezca de interés, especialmente posibles síntomas de enfermedad, comportamiento ante los perros...
El soporte en el que se van a registrar las capturas es de vital importancia. Hay gestores y cazadores que primero apuntan sus datos en una pequeña libreta, mientras van cazando para después registrarlo definitivamente en un archivo en papel o en formato digital. Existen incluso programas informáticos específicos para introducir los datos de censos y capturas y que el propio programa vaya aconsejando sobre las decisiones a tomar. Aunque estos programas aún no están muy implantados, en fincas de caza mayor se va imponiendo poco a poco.
Los libros de caza o “game books”
Los libros de caza, “game books” son una institución en otros países como el Reino Unido, libros en los que se van apuntando los censos a lo largo del año y las capturas durante la temporada. Estos libros se pasan de una generación a otra de guardas de caza y éstos pasan largas horas repasando las capturas de temporadas anteriores, siendo muy útiles para detectar cambios importantes en las capturas. Aunque la calidad de los libros depende del interés de cada guarda, muchos incluyen todo tipo de información, como la localización de las capturas en mapas cartográficos y a la postre son elementos claves en la gestión y, por ende, en los resultados de muchos cotos.