Salvo las perdices "norteñas" que todavía andarán incubando y aquellas que hayan tenido que hacer una segunda puesta, en la mayor parte de España ya será posible ver perdices acompañadas de perdigones. Para los que amamos a la perdiz y la naturaleza, será sin duda una gran emoción ver adultos y perdigones, esperanza para futuros lances con nuestros perros.
Sin embargo, todos los años nos llegan noticias de "robos de perdigones". Esta situación, que parecía no tener ningún eco en los medios de comunicación, cambió cuando en el 2010 la Guardia Civil desmanteló una red especializada en el robo de perdigones en una conocida comarca de Castilla y León. Incluso se habló de "expolio" de perdices, dado que la Benemérita halló un gran número de aves que tras haber sido robadas se mantenían en unos voladeros y estaban listas para ser vendidas al mejor postor.
Desconocemos el impacto que ha tenido esta práctica en la conservación de la especie en muchos cotos, pero es posible que un gran número de polladas se hayan ido al traste por el ansia de tener un pollo de perdiz silvestre en nuestro corral o jardín. Lo mismo sucede con los nidos, que son pasto de curiosos ávidos de experimentar con incubadoras y gallinas "kikas" a costa de los huevos de perdiz; salvo que se encuentre un nido abandonado o el adulto esté muerto, no se pueden coger huevos. Es tiempo de reflexionar sobre estas prácticas y si alguien quiere una perdiz para disfrutar de su presencia y canto, que vaya a una granja y la compre.
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