Ciencia y Caza

El próximo 20 de noviembre se celebran elecciones generales en España y como siempre, cabe preguntarse cuál será el efecto de la política en la caza y la investigación.

La sensación general del sector cinegético es que la caza, con independencia del color que gobierne, se ve perjudicada por las decisiones políticas que no tienen siempre tienen fundamento científico y por ende, están "manipuladas" por ideas o tendencias que no conocen la realidad del campo. Un claro ejemplo de este descontento fue la histórica manifestación del año 2008 en Madrid, que supuso un antes y un después para muchos cazadores y aficionados.

En las últimas décadas la Administración en su conjunto ha sido sensible a las inquietudes del mundo científico y cinegético, habiéndose financiado proyectos e iniciativas en pro de una gestión sostenible que lógicamente tienen un reflejo en el resto del ecosistema. El ejemplo más claro es el IREC, Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos, centro mixto del CSIC, la Universidad de Castilla-La Mancha y la Junta de Castilla-La Mancha, pero también muchas Universidades y Centros de Investigación han tenido oportunidad de abordar interesantes investigaciones en materia de caza.

Pese a el apoyo recibido, da la sensación de que tanto el sector cinegético como la investigación relacionada con estas especies, siempre "se miran con lupa" y parece que es necesario realizar un esfuerzo mayor para pedir un proyecto de una especie venatoria en comparación con una que no lo es. No importa si se está generando riqueza y conservación de hábitat, tampoco si se crea empleo y futuro para nuestros pueblos: es caza. Además, los medios de comunicación siguen fomentando una visión errónea de la caza y los cazadores, quizás porque vende más hablar del furtivismo y de otras malas prácticas que del tremendo esfuerzo que miles de gestores, cazadores e investigadores realizan en todo el mundo para que ésta siga siendo una actividad sostenible y renovable. Por no hablar de la importancia de muchas especies cinegéticas, casi olvidadas, como sustento de otras en peligro de extinción en las que si se invierten sumas ingentes de dinero, no siempre con los resultados esperados.

Las distintas fuerzas políticas, que cuentan con reconocidos cazadores en sus filas, son siempre reacias a referirse a la caza en entornos poco familiarizados con esta actividad. Incluso algunos partidos han decidido posicionarse en contra al ser "políticamente correcto" mantener esta postura. Desconocemos si en los próximos programas electorales se hará alguna mención, lo más probable es que no sea así.

Lo que es la gran preocupación para la "Familia Investigadora Cinegética" en estos momentos son los recortes que en general está sufriendo la investigación en nuestro país. Esto no hace sino ralentizar el progreso registrado en los últimos años, un progreso que había colocado a muchos investigadores y centros a la cabeza de la innovación mundial.

Está demostrado que los países más ricos son los que más invierten en investigación, tanto pública como privada y mientras la tendencia de recortar siga presente, nuestros científicos no podrán dar lo mejor de sí, o tendrán que irse a otros países y nuestros avances se ralentizarán.

Desde Ciencia y Caza enviamos nuestro afecto a todos los científicos y personas relacionadas con la investigación que están viendo frustrados sus proyectos e ideas en estos momentos y animamos a sociedades de cazadores a colaborar con éstos para beneficio mutuo y, sobre todo, de perdices, jabalíes o ciervos.