Nos encontramos en un momento clave para la maltrecha viabilidad de la perdiz roja, la reproducción. Es el momento de hacer balance de como ha ido la cría de la patirroja y sacar algunas conclusiones que nos permitan establecer medidas de gestión tempranas que, sin duda, serán imprescindibles a medio plazo para garantizar la permanencia de la especie en nuestros cotos.
Tras consultar a numerosos cazadores de varios puntos de nuestra geografía parece que la temporada de cría ha sido irregular y, en general, escasa. Quizás las tormentas de las últimas semanas en buena parte de España hayan tenido algo que ver en la escasez de pollos y polladas avistadas por nuestros colaboradores, si bien, aún queda la esperanza de que la primavera lluviosa que ha generado abundante forraje conlleve una mayor dificultad para avistar familias en linderos y caminos.
En cualquier caso son urgentes medidas de gestión que garanticen esa viabilidad que permita una recuperación posterior de la especie. En ese sentido no debemos mirar para otro lado y buscar culpables en agricultura intensiva, predación y otros males que sin duda contribuyen en gran medida a esta preocupante situación. Por un lado hay que intentar controlar y revertir todos esos factores negativos pero a la vez debemos ser responsables y adoptar también medidas cinegéticas que aporten un grano de arena más. Entre ellas, además de las muchas veces tratadas mejoras de hábitat en nuestros cotos debemos añadir la necesidad de controlar furtivos y denunciar activamente a aquellos que no cumplen, sobre todo ahora que la media veda se acerca y no consentir disculpas porque un buen cazador nunca confundirá codorniz con perdigón. También es necesario pensar en los cupos de la próxima campaña, zonas de reserva o puntos de aparcamiento entre otros que ayudarán a que la situación, al menos, se mantenga a corto y medio plazo.