Como cualquier animal doméstico o silvestre, las especies cinegéticas son susceptibles de parecer multitud de enfermedades.
A pesar de que se trata de animales que, en general, son muy resistentes y bien adaptados al medio, son comunes los brotes de diferentes procesos víricos, bacterianos o parasitarios. En ocasiones estos brotes hacen que los ejemplares afectados muestren signos clínicos y, en otras, que sólo sean portadores asintomáticos de las mismas.
En ambos casos la importancia es alta. Por un lado, los animales enfermos pueden morir, ser predados más fácilmente o contagiar a otros sanos. Por otro lado, los portadores pueden transmitir los procesos de forma rápida a otros congéneres, incluso a otras especies y al hombre. En este último caso, hay patologías que apenas se detectan pero que están muy difundidas en nuestra fauna.
En Ciencia y Caza, la salud de los animales cinegéticos nos preocupa en gran medida. Con diferentes artículos, que incluimos periódicamente en la sección de sanidad de nuestra web, tratamos de ir dando unas pinceladas sencillas y cercanas sobre procesos que debemos conocer. De este modo, en caso de que sospechemos de su presencia en nuestro coto, podremos comunicarlo adecuadamente para evitar males mayores.
En los últimos días hemos publicado varios artículos destacados, como la descripción de un brote de sarna en lobo ibérico en la provincia de Burgos en 2006, o la triquinelosis del jabalí y la importancia de la inspección veterinaria de todas las carnes de caza que se destinen a consumo humano.