Ciencia y Caza

De nuevo el sector se ve inmerso en una intensa polémica de gran calado social, auspiciada como siempre por el interés no excesivamente objetivo de algunos medios de comunicación y, por desgracia, seguramente también por nuestra histórica incapacidad para saber transmitir como se merece la necesidad de llevar a cabo algunas acciones cinegéticas y, sobre todo, para realizarlas con total transparencia para no generar dudas, que ya de por si van a aparecer.

En esta ocasión una montería, control poblacional o como queramos llamarlo, organizada en el Parque Nacional de Monfragüe ha sido el detonante de esta situación.

Sí, es verdad que a toro pasado, se ha justificado la actuación en pro de un necesario control poblacional de ciervos y jabalíes, cuyas poblaciones se encuentran en la zona evidentemente sobredimensionadas y desequilibradas, pero a priori, parece que las actuaciones previas no fueron todo lo lógicas que debieran ser.

Tenemos ser rotundos desde el inicio de la organización de cualquier actividad cinegética, transparentes y profesionales para evitar estas situaciones que tanto nos perjudican. Contamos con excelentes profesionales, gestores, investigadores en el ámbito cinegético y técnicos en general, públicos y privados, especialistas en la materia y, sin embargo, no siempre se les pide opinión o no se les da opción por parte de los medios de comunicación de pronunciarse y defender estas actuaciones.

Es evidente que en lugares como Monfragüe es necesario llevar a cabo determinados aprovechamientos cinegéticos, sostenibles sí, pero imprescindibles. Su importancia no solo radica en el potencial riesgo sanitario que se genera para las propias poblaciones desequilibradas, sino también para el ganado doméstico, para otras especies silvestres o para las personas que habitan en los Parques, los que hacen turismo o incluso los que cazan. También destaca el papel que ejercen estas superpoblaciones sobre el equilibrio botánico de las zonas afectadas, pudiendo acabar con alimento y refugio de muchas otras especies y, afectar de forma directa y a veces irreversible, a ejemplares de plantas endémicos, protegidos y, en peligro de extinción. Por supuesto además la caza juega un importantísimo papel económico en los lugares donde se desarrolla y una buena gestión da lugar a rendimientos económicos imprescindibles para el entorno rural.

¿Porqué entonces tanta polémica? ¿Por qué muchos de los que como único título cuentan con el de "naturalista" sin ningún soporte académico son capaces de callar a todo un sector y de manipular así a los medios de comunicación?. Como siempre necesitamos órganos serios de representación y gestión de estos temas con una capacidad sólida de comunicación y defensa de la caza, apoyada en profesionales gestores y técnicos que, ayudados de la Ciencia pueden sin duda justificar muchas de estas acciones que son tan polémicas para algunos.