Ciencia y Caza

La temporada regular de la caza menor ha llegado a su fin y las escopetas pueden descansar unos días. ¿O no? Se inicia el periodo hábil para la práctica de otras artes como la caza de zorros con perros de madriguera, las batidas de zorros, los descastes de conejos, control de córvidos, etc.

Son varias las modalidades cinegéticas que se pueden realizar durante esta época, sin embargo nos vamos a centrar en el control de predadores. ¿Porqué se debe de realizar el control de estos predadores (principalmente zorros y córvidos) durante este período del año? ¿Porque no se realiza durante todo el año? ¿Qué es y cuál es el motivo por el que tenemos que evitar el llamado “efecto sumidero”?.

Hay que tener en cuenta que los depredadores de nuestras especies de caza menor, son principalmente generalistas, es decir, aprovechan las fuentes de alimento más abundantes en cada momento (les da igual huevos que pollos, grandes que chicos, conejos que ratones e incluso frutos, raices, insectos...). Además, estos animales tienen un carácter territorial, variable en función de la disponibilidad de alimento. A mayor disponibilidad de presas mayor densidad de predadores.

Si se quisiese mantener un territorio con una baja densidad de estos predadores se deberían controlar durante todo el año, de manera constante e ininterrumpida. Este hecho es muy poco probable en la práctica y nunca se conseguiría hacer desaparecer totalmente la especie, aunque probablemente ese no sea tampoco el mejor objetivo. Como en todas las cosas, debemos intentar lograr el equilibrio y controlar aquello que desestabiliza el ecosistema en cada momento, a veces serán los zorros o los córvidos, pero a veces serán los conejos, perros o gatos asilvestrados o, incluso, a veces las cigüeñas, especies protegidas cuyo estatus debería someterse a revisión en algunas zonas de nuestro territorio.

Todo esto lo podemos explicar perfectamente el efecto sumidero. Cuando un territorio queda vacio de predadores generalistas (zorros y córvidos), los animales de las zonas adyacentes rápidamente acuden a esos territorios vacios, normalmente individuos dispersantes subadultos. Lo que sucede a continuación es que aumentará la densidad de zorros o córvidos, ya que en ese caos momentáneo no se han establecido los márgenes de los nuevos territorios, e incluso que estos sean menores, lo que conlleva una mayor densidad.

En resumen, es fundamental concentrar los esfuerzos en mantener unas densidades lo más bajas posibles de estas especies (que también forman parte del ecosistema y deben de formar parte de él). La fase de reproducción es un momento crítico, la eliminación de individuos adultos o subadultos durante el período reproductor implica una reducción en el éxito reproductivo de la especie. Las poblaciones no crecerán y envejecerán, no habrá individuos subadultos para dispersarse y ocupar nuevos territorios.

Por tanto, es vital realizar un control de predadores responsable y con conocimiento en nuestros cotos. Sin olvidar nunca que debe ser una medida más de gestión, junto con otras como la mejora del hábitat, etc.