Recientemente se han dado a conocer el borrador de las "Directrices para la captura de especies cinegéticas predadoras: homologación de métodos de captura y acreditación de usuarios". Parece que, tras años de mucho trabajo e investigación, en breve se va a contar con una normativa específica para un control de predadores sostenible, efectivo y respetuoso con toda la fauna, tanto como cinegética como no.
Desde un punto de vista científico, el control de predadores ha sido uno de los tópicos más polémicos y a su vez interesantes de los que se han tratado en revistas científicas, congresos y otros foros de opinión. Aunque es difícil resumir en unos párrafos el contenido y conclusiones de algunos de estos estudios, en la mayoría de ellos hay puntos comunes.
En primer lugar se reconoce que los predadores oportunistas (como el zorro y los córvidos), pueden ejercer efectos negativos en las poblaciones de caza, mientras que los predadores especialistas (rapaces, lince ibérico) son necesarios para que las especies cinegéticas guarden su equilibrio.
En segundo lugar, la mayoría de investigaciones coinciden en que un control de predadores debe de concebirse como una medida complementaria dentro de un plan de gestión en que se mejore el hábitat. Dicho de otra manera, de poco vale controlar los predadores si antes no se ha hecho una mejora integral de un coto para que exista más agua, alimento y cobijo, las tres necesidades básicas de cualquier animal silvestre.
En tercer lugar, se coincide en la necesidad de idear sistemas selectivos de captura de los predadores para que sean lo más respetuoso posible con los animales capturados, exigiéndose a su vez que el personal que maneja estas técnicas esté formado en la materia.
Pese a que estos puntos comunes parecen dejar las cosas "bastante" claras, en los últimos años han surgido ciertos recelos entre organizaciones conservacionistas y cazadores, recelos que se han manifestado claramente en algún encuentro científico, como en el I Congreso Mundial sobre trampeo celebrado en Madrid en 2008. Allí se pudieron ver dos escuelas, la anglosajona y la europea, que no parecen compartir todos los puntos comunes. Mientras los británicos y norteamericanos abogan por un control más estricto sobre más especies predadoras pero no por ello menos respetuoso, la europea apuesta por un control más ligero y no se plantea ampliar el catálogo de especies a controlar.
El borrador sobre control de predadores homologa los lazos Collarum, Wisconsin, la caja metálica para urracas y lazo con tope y cierre dispuesto en alar. A partir de ahora, cabe preguntarse cuáles serán los resultados de esta nueva etapa y si de esta manera se podrá reducir una de las mayores lacras de nuestro campo, que no es otra que la utilización de métodos ilegales que matan toda nuestra naturaleza. Parece que aún queda mucho camino por andar.