Sentimos seguir con lo mismo, pero la situación de la ciencia, como de otras muchas cosas, en España no hace sino empeorar y cabe preguntarse si quedará algo de ella dentro de unos años.
España ocupa en la actualidad un puesto importante en la ciencia mundial y se encuentra entre las 10 potencias que más publican, es decir, que más aportan a la ciencia en forma de protocolos de investigación, sinónimo de progreso y avance en cualquier disciplina. Si la situación sigue así volveremos al "vagón de cola" del que tanto nos costó salir.
Inevitablemente tenemos que hacer mención a la investigación en materia cinegética, que en los últimos 20 pasó de la nada a un gran número de grupos de investigación de calidad, realizándose importantes descubrimientos en la mayoría de las especies que hasta hace poco, pura y simplemente no se habían estudiado. Perdices, ciervos, jabalíes, codornices, conejos, anátidas y otros muchos han sido objeto de incansable investigación, con resultados que han echado por tierra (afortunadamente) muchos mitos que dificultaban una gestión racional de los recursos cinegéticos.
No es nuestra intención crear más polémica de la existente, pero sí tenemos que recordar y revindicar de nuevo la gran valía de los científicos que con mucho trabajo y pocos medios están dando pasos de gigante en pro de la conservación de nuestro campo, en el que la caza tiene gran cabida.
Quizás sea momento de plantearse nuevas alternativas a la financiación de la investigación en material cinegética, nuevas vías de gestión, sobre todo pública y tal vez que el sector privado tenga que "arrimar el hombro" para, como en otros países desarrollados, apostar por tener en su empresa un I+D+i de CAZA.