Ciencia y Caza

Ahora que la temporada general ha llegado a su fin comienza el periodo en el que se generalizan muchos campeonatos y competiciones relacionadas con la caza.

No queremos entrar en la habitual polémica sobre si la caza debe ser considerada como un deporte, porque según los matices que se le quiera dar podría ser así o no. Sin embargo, es importante destacar que, desde que el hombre es hombre la competición ha existido y existirá siempre. Al igual que sucede en la naturaleza donde los animales compiten por llegar antes al mejor alimento o al mejor hábitat, por las mejores hembras, por la dominancia del grupo... Como todos sabemos esto se amplía también al ámbito del entretenimiento y de las relaciones sociales, cuando estas necesidades primarias están cubiertas ya. Futbol, baloncesto o ajedrez son encuentros en los que participan personas que compiten y el sector cinegético no es ajeno a esta tendencia natural.

En ese sentido, pensamos que las competiciones relacionadas con la caza juegan un papel muy importante en el sector, dinamizándolo, en una época en la que la actividad baja, manteniendo las relaciones sociales y, por que no decirlo, manteniendo muchos puestos de trabajo directos o indirectos que generan importantes recursos económicos.

Podemos diferenciar entre aquellas competiciones que se consideran “estrictamente” cinegéticas como la caza menor con perro, caza sobre becada, perros de muestra, San Huberto, cetrería, caza con arco, perros de rastro, recorridos de caza, perdiz con reclamo… en sus diferentes modalidades y en las que participan armas.

Otro grupo estaría constituido por las “no cinegéticas” estrictamente como las palomas a brazo, el compak sporting, la caza lanzada o incluso la caza fotográfica, que se diferencian de las anteriores fundamentalmente en que, o bien no emplean armas, como es el último caso, o se realizan desde un puesto fijo desde el que se intentan abatir animales o platos lanzados a tal fin.

En ambos casos, todas estas competiciones están asignadas por el Consejo Superior de Deportes a la Federación Española de Caza, que es la encargada de organizar los diferentes calendarios, autorizar pruebas cuando estas son oficiales o clasificatorias y gestionar los permisos de los participantes, que deben ser federados.

Probablemente no todos los cazadores sean partidarios de estos encuentros, o incluso algunos los pueden rechazar, más si cabe, cuando surgen polémicas auspiciadas por sospechas de trampas o jueces poco profesionales que manchan la imagen de estos encuentros. Sin embargo, hay que reconocer su importancia y respetar a todos aquellos que disfrutan en ellos, porque bien organizados, son eventos de gran interés.