Cada vez empieza a ser más habítual encontrar noticias sobre avistamientos de ejemplares de perros que parecían lobos o lobos "raros".
Existen evidencias científicas que certifican la presencia de ejemplares híbridos de lobos y perros en la Península Ibérica. Lo más reciente es un artículo publicado en la revista Molecular Ecology de este mismo mes de diciembre. Redactado por Godinho y colaboradores, fue elaborado a partir del análisis de más de 400 muestras procedentes de España y Portugal y analizadas en el CBIO (CIBIO—Centro de Investigacao em Biodiversidade e Recursos Genéticos, Universidade do Porto. Portugal), un centro de referencia en análisis genéticos de animales.
Además, hace pocas fechas la Xunta de Galicia ha autorizado el control de "lobos híbridos" en algunas Comarcas por los daños que están ocasionando en la ganadería.
A partir de estos datos nos surgen varias cuestiones ¿por qué aparecen ejemplares híbridos? ¿cómo se pueden diferenciar lobos puros de los que no lo son? ¿que repercusiones puede tener la presencia de estos animales?...
En cuanto a la primera pregunta, la respuesta es clara, la presencia de híbridos se produce por el cruzamiento de lobos y perros, especies diferentes pero del mismo género y, por tanto, capaces de reproducirse entre si. Lo siguiente sería pensar, como puede suceder que ambas especies coincidan y ahí es donde la cosa se vuelve más preocupante, perros asilvestrados o criadores sin escrúpulos suelen ser la respuesta.
En cuanto a como se pueden diferenciar, en ocasiones, la cosa no es tan clara. En función de la raza de perro con la que se haya producido el cruce, el ejemplar resultante puede ser prácticamente idéntico a un lobo o no. Sin embargo, desde un punto de vista del comportamiento las diferencias son más notables, animales menos asustadizos, más agresivos y peligrosos para el hombre o el ganado.. pueden ser los problemas principales.
Por último, en relación con las repercusiones que puede tener esta situación hay que destacar varias y todas ellas negativas. Para la especie y su conservación es un problema grave puesto que la contaminación genética reduce su viabilidad a medio y largo plazo. Para las personas, como ya hemos apuntado y se ha demostrado, suelen ser animales más agresivos, menos asustadizos y, por ende, más peligrosos. Para la caza también su presencia es negativa puesto que son animales que suelen formar grupos capaces de generar graves daños en la fauna cinegética de la zona, tanto especies de caza mayor, como corzos, ciervos o, incluso, jabalíes, como menor, nidos de perdiz, conejos y liebres...
Por todo ello, es esencial extremar las medidas para evitar la presencia de cualquier ejemplar híbrido en nuestros campos y las Administraciones deben habilitar todas las medidas legales necesarias para contribuir a ello.
Por otra parte, denunciar la presencia de lobos en cautividad para su cría ilegal o su cruce con perros y el abandono de cánidos también es fundamental. Además, igual que hacemos batidas al zorro y otros controles de predadores autorizados, es fundamental evitar la presencia de perros asilvestrados en nuestros montes, al igual que los gatos, que tanto daño hacen a nuestra caza y que, por desgracia, cada día están más extendidos.