El tejón, mamífero esquivo donde los haya, trae de cabeza a las autoridades del Reino Unido. La cuestión es que desde hace tiempo el tejón es el reservorio de la temida tuberculosis en este país, zoonosis que alberga también el ganado doméstico y que origina cuantiosas pérdidas al sector ganadero. Cada año, un porcentaje significativo de ganado contrae la enfermedad por la presencia de tejones que, aún no sufriendo la enfermedad, la llevan consigo.
Los británicos, conscientes de la situación, llevan años practicando controles poblacionales sobre la especie, algo que sigue sin gustar demasiado a los grupos animalistas que no ven con buenos ojos el sacrificio del VIVÉRRIDO. El tejón es un animal muy popular en estas tierras y rara es la ciudad que no tiene un pub llamado “The badger” (tejón en inglés). Por si fuera poco, en los últimos años se oye un constante “run run” entre los guardas de caza y gestores cinegéticos, que sugieren que el tejón es un predador puede causar mucho daño. Muchos apuntan ya con el dedo al tejón predador de la caza menor, aunque a día de hoy no existen datos que confirmen el hecho.
El primer ministro británico, David Cameron, ha apuntado que no está claro si será posible sacar adelante el plan de control del tejón en los términos acordados previamente; en efecto, la crisis aprieta. Según los cálculos oficiales, una reducción de un tercio de la población de tejones reduciría la prevalencia de tuberculosis en más de un 15% en el ganado, pero no es seguro si esto se va a poder realizar.
De nuevo, una especie común se ve “entrelazada” con intereses ganaderos, cinegéticos y de Salud Pública. Como siempre, más estudios deberán aportar un poco de luz para descifrar el papel de la especie en tan compleja situación, al menos en el Reino Unido y probablemente será necesario contar una vez más con los cazadores para resolver un problema que, de otra manera, supone importantes pérdidas económicas y cuenta con una difícil gestión.