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Nuevo encuentro, viejas sensaciones: II Congreso Internacional sobre Conejo de Monte

02 December 2011

Hace unos días se celebró en Toledo el II Congreso Internacional sobre Conejo de Monte. Organizado con fondos del Proyecto Life Priorimancha, que se está desarrollando en la Comunidad Manchega, contó con el apoyo de diversas Administraciones, Organismos y Asociaciones. El Congreso, con dos días de duración, tuvo casi 300 participantes, entre los que nos encontrabamos. Todos asistimos con gran expectación, esperando conocer y compartir los últimos avances e investigaciones que se están realizando en relación esta emblemática especie y, mediante este post, trataremos de aportar nuestra impresión al respecto.

En primer lugar tenemos que felicitar a los organizadores por el esfuerzo, las atenciones y la calidad en la organización que, en todo momento fue ejemplar, acogiendo a todos los asistentes de una forma magnífica.

En cuanto a los contenidos y aportaciones, la percepción no fue tan positiva. No por la seriedad de los ponentes, ni mucho menos por la calidad científica y técnica de sus trabajos, ni por el esfuerzo o las horas de dedicación empleadas. Sin embargo, nos dejó la sensación de que, en general, todavía el mundo de la investigación e incluso de la Administración, está muy alejado de la realidad de nuestros cotos. Pocos fueron capaces de integrar ambas situaciones, aportando resultados prácticos, asequibles, realistas y aplicables en la gestión diaria de nuestros terrenos.

Todavía surgieron debates sobre cual era el mejor método para censar conejos, conteo de letrinas, cagarruteros, transectos..., cual era la mejor forma de construir un vivar para albergar conejos o cual la mejor técnica para efectuar una repoblación. Por no hablar de la conveniencia o no de vacunar los animales antes de reintroducirlos... Estudios puntuales, muchos de ellos muy condicionados por las características propias de entornos exclusivos, grandes actuaciones e inversiones, animales de origenes concretos... arrojaban resultados e interpretaciones que se alejan enormemente de la realidad. Todo ello confunde sobremanera a cazadores que, con su buena voluntad, los intentan llevar a cabo sin éxito en el campo.

Eso si, quedaron claras algunas cosas: Hay dos subespecies de conejo de monte (el mapa de distribución apareció en multiples ponencias). Es una especie clave para la conservación del lince o el águila imperial. En determinadas condiciones causa plagas difíciles de gestionar. Con grandes cantidades de dinero puedes conseguir algún resultado de recuperación de la especie donde no hay (o a veces ni eso). Las enfermedades son la causa principal de los problemas que tiene la especie allí donde escasea. La destrucción del hábitat en mosaico ha sido determinante en otras muchas zonas. Las constantes alusiones a la caza como una práctica, cuando menos, poco favorable. ¿Algo nuevo? La verdad es que bastante poco. Bueno si, que no existen conejos "australianos o marcianos" responsables de causar daños a los cultivos, sino que son animales de aquí que, en determinadas condiciones, cuentan con explosiones demográficas unidas a falta de alimento, un hábitat alterado o una gestión insuficiente, pero nada más.

¿Qué podemos hacer para recuperar los conejos en nuestro coto? ¿Cómo habilitar estrategias para garantizar la calidad genética, sanitaria y de comportamiento de los conejos procedentes de explotaciones cinegéticas? ¿Cómo luchar contra las enfermedades? ¿Cómo planear una repoblación? ¿Cómo gestionar los daños si se producen? Preguntas que nos surgen todos los días no fueron resueltas, algunas ni se plantearon y otras incluso se dieron por superadas de una forma ciertamente irreal. No disponemos en nuestros cotos de grandes cifras de dinero para construir cientos de vivares donde meter miles de conejos todos los años. Tampoco podemos actuar sobre una gran cantidad del territorio. Nos prohiben usar conejos translocados desde otros cotos capturados con hurón (salvo excepciones). Seguramente, si no vacunamos, se nos morirán bastantes animales a corto o medio plazo. Aún así, cuando es posible, hacemos algunas actuaciones, pero a casi nadie ya se le ocurre construir un vivar en el medio de un descampado inmenso o de un bosque cerrado donde los conejos quedarán a merced de diversos predadores, ni tampoco hacerlo de ladrillos, plásticos y otros materiales que dificulten la adaptación de los ejemplares o hacer cuarentenas que se han demostrado inútiles y favorecedoras de un estrés que causará importantes bajas.

Por último, tenemos que destacar que resultó un encuentro ligeramente sesgado. La presencia del sector cinegético estuvo muy limitada y tan solo fue representada, de forma oficial, por el presidente de APROCA, D. Luís Fernando Villanueva, en una mesa redonda celebrada el primer día del congreso. A pesar de la situación, ciertamente en desventaja, participó con gran autoridad, valentía y rigor, expresando las inquietudes y problemas que surgen en el sector cinegético en relación con la gestión del conejo de monte. Trató temas tan conflictivos como el control de predadores, la gestión de los daños, los periodos hábiles para el aprovechamiento de la especie o la participación real de los cazadores en la conservación de las especies y ecositemas en los que practican su afición y que, sin embargo, casi nunca se reconoce. En respuesta surgieron viejos tópicos, que martirizan a los cazadores desde antiguo, la asociación del veneno y la caza, los disparos a especies protegidas, el control ilegal de predadores... Todas ellas son prácticas RECHAZABLES, que por desgracia aún ocurren, aunque creemos que cada vez menos, contra las que todos tenemos que luchar, pero que sirven para justificar una oposición social generalizada a una actividad tan importante como la caza, enmascarando el gran trabajo que hacen muchos cazadores en favor de la conservación.

En Ciencia y Caza tenemos como objetivo acercar ambas posturas intentando, por un lado, mejorar la percepción social de la caza informando, formando y ayudando a los cazadores a saber transmitir lo que sienten por esta actividad. Por otro lado, tratando de que los grandes equipos de investigación que trabajan con especies cinegéticas o amenazadas lo hagan de la mano de las Sociedades de Cazadores, Gestores... que ayuden a orientar sus estudios hacia aspectos verdaderamente prácticos y necesarios o a saber interpretar de forma "real" los importantes resultados obtenidos.
Pensamos que la unión y la participación de todos es la única solución para acercar posturas y conocimientos porque, en este ámbito, sin caza no habría ciencia, pero seguramente sin ciencia tampoco habrá caza en un futuro no muy lejano.




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