Los rumores siempre han estado presentes en la caza; no hay especie cinegética que se haya librado de comentarios no siempre afortunados sobre su biología, ecología y el impacto que el hombre tiene en sus poblaciones. Pero llegó la Ciencia para confirmar o desmentir poco a poco rumores y transformarlos en realidad. Hace décadas se comenzó a demostrar que las perdices se iban haciendo más escasas por los pesticidas que iban matando los insectos, tan necesarios para los perdigones. Fuimos supiendo que las enfermedades que afectan a la caza mayor tiene un gran vínculo con nuestra cabaña ganadera. También se han ido desarrollando herramientas de gestión cinegética para incrementar los rendimientos cinegéticos y favorecer la fauna silvestre en su conjunto. Y ha sido la Ciencia la que nos ha hecho pensar en ciertas cosas en las que quizás antes no reparábamos, como la suelta incontrolada de caza de granja.
Necesitamos seguir investigando para que los rumores pasen a ser realidad (sea buena o mala), para no caer en errores que puedan ser irreparables, para sacar partido a cada euro que empleamos en nuestra caza y nuestro campo, para que al fin y al cabo nuestros hijos puedan cazar la caza que recibimos de nuestros padres.
Por desgracia, los últimos indicadores e informes apuntan que la Ciencia se sigue desangrando en España; los datos indican que nuestra investigación ha retrocedido nada menos que ¡¡una década!!, con cientos de investigadores que abandonan la Piel de Toro en busca para seguir investigando. Un patrimonio de conocimiento pura y simplemente perdido.
Sentimos ser tan "cansinos", lamentamos tener que volver a sacar este tema en el que parece que no hay nada que hacer. Pero no nos cansaremos de decir que una Sociedad sin Ciencia está condenada al fracaso. Y con la caza pasará lo mismo.