Hubo un tiempo en el que el ciervo fue muy escaso en España, pero con el tiempo, sus poblaciones se fueron asentando poco a poco, bien por la recolonización natural de la especie, bien por las sueltas de animales con fines cinegéticos. Éste fue el caso de Andalucía, Comunidad que alberga buena parte de los venados ibéricos.
Un trabajo firmado por Galarza y colaboradores estudió la genética de las poblaciones de ciervo ibérico en Andalucía, con objeto de determinar si las poblaciones tienen suficiente variabilidad genética o bien muestran consanguinidad, lo cual sabemos que es malo en cualquier especie.
Los autores muestrearon 58 poblaciones cervunas y encontraron que la variabilidad genética se agrupó en 5 núcleos de población, que se corresponden con las localizaciones de las primeras poblaciones de ciervo en esta Comunidad. Pese a que las poblaciones de ciervo habrían retenido la variabilidad genética de sus ancestros, también se encontró que el 32% de las poblaciones tenían consanguinidad, lo cual indica que se podría estar produciendo una pérdida de la variabilidad genética.
Como en otras especies que han sido soltadas con fines cinegéticos, es necesario anteponer la integridad y variabilidad genética de las poblaciones a la "medalla de oro" que todos queremos. Y por lo tanto si queremos mejorar una población de ciervo mediante la suelta de individuos tendremos que estar seguros de que estamos utilizando la línea genética adecuada. De no ser así podríamos poner el peligro el legado que a la Madre Naturaleza le ha costado miles de años.
Galarza, J. A., Sanchez‐Fernandez, B., Fandos, P., & Soriguer, R. (2015). The genetic landscape of the Iberian red deer (Cervus elaphus hispanicus) after 30 years of big‐game hunting in southern Spain. The Journal of Wildlife Management.