El arte de la gestión cinegética es complicado: hay que estar pendiente de la climatología y hábitat, de las especies cinegéticas y de cómo proponer un aprovechamiento sostenible para poder devolver al campo lo que hemos tomado prestado durante las jornadas de caza.
Todos los factores son importantes, si bien unos pueden ser más "controlables" que otros, como el caso de la climatología. Siempre será más duro afrontar una sequía o inundación que realizar un plan de caza. Es por esto que muchos estudios han intentado desde hace tiempo descifrar la relación entre clima, hábitat y estado de las especies cinegéticas.
Un trabajo firmado por Mysterud y colaboradores estudió la evolución de la masa corporal (lo que podemos llamar estado de carnes) en poblaciones de corzos y jabalíes en Polonia, analizando una serie de datos de 20 años (1982-2002) nada menos.
Los autores compararon la evolución del estado de carnes con el desarrollo de vegetación en los entornos muestreados, relacionando este hecho con la dureza del clima. Ya se sabe, uno espera que haya menos comida para la caza en inviernos duros frente a los suaves.
Tras analizar los datos de todos los años, se vio que los corcinos fueron incrementando su masa corporal con el tiempo (1,3 Kg de más), hecho que también se pudo confirmar en los corzos del año. También se observó un incremento en la masa corporal de los jabalíes, con un incremento de 4,2 Kg en los rayones para el mismo período.
La sorpresa de este estudio fue que no se encontró una relación clara entre la evolución de la masa corporal y el desarrollo de la vegetación a lo largo del tiempo, pero sí se confirmó que cuando la masa corporal del corzo variaba también lo hacía la del jabalí, luego ambas especies estuvieron "sincronizadas".
Los autores sugieren que quizás esta sincronización se debió a la variación en la estructura de los cultivos en la zona de estudio, principalmente centeno.
Una vez más, "la naturaleza nos trae sorpresas", conclusiones que quizás no esperábamos, fruto de la investigación y la relación de unos factores con otros. En este caso, el hecho de encontrar que corzos y jabalíes estuvieron sincronizados de alguna manera, nos confirma en la idea de que cuando se gestiona caza no sólo hay que pensar en una especie, sino también en el resto de especies animales y vegetales. Es cierto que esto requerirá de más esfuerzo y desvelos para el gestor, pero también nos dará muchísima información sobre cómo funcionan las poblaciones de caza y cuál es su respuesta ante distintos factores.
Ya sabes, si quieres saber qué factores están afectando al corzo en tu coto, pregúntate también cuáles pueden afectar al jabalí (y viceversa).
Referencia de trabajo:
Mysterud, A., Tryjanowski, P., Panek, M., Pettorelli, N., & Stenseth, N. C. (2007). Inter-specific synchrony of two contrasting ungulates: wild boar (Sus scrofa) and roe deer (Capreolus capreolus). Oecologia, 151(2), 232-239.