Para realizar la adecuada gestión de cualquier especie silvestre, cinegética o no, es fundamental conocer los aspectos relacionados con su dinámica poblacional y su biología reproductiva, de modo que podamos estimar su evolución a lo largo del tiempo y así, poder planificar un aprovechamiento sostenible.
Un trabajo realizado por Farfán y colaboradores trató de analizar, mediante la toma de datos a partir de ejemplares cazados, diferentes aspectos como el peso y longitud corporal, condición corporal, actividad reproductiva, ratios de sexos y edades, tamaño de las camadas, actividad reproductora, y producción y supervivencia de liebres jóvenes.
El estudio se realizó en la provincia de Granada, tomando muestras de 4 áreas próximas de la meseta de la provincia. Se recogieron un total de 498 liebres abatidas en jornadas de caza desde el mes de octubre de 1998 a septiembre de 1999.
En relación con el peso y la longitud se observó una mayor talla en hembras que en machos, encontrando pesos mayores sobre todo en primavera y otoño temprano para las hembras, mientras que en el caso de los machos se encontró que su longitud decrecía de otoño a primavera.
En cuanto a la condición corporal, ésta se incrementaba en el caso de las hembras de otoño a invierno y decrecía en verano, mientras que en machos era menor en otoño que en invierno, momento en que se estabilizaba hasta el verano.
Considerando la actividad reproductiva se observó que permanecía durante todo el año, si bien, en el caso de los machos era mayor entre enero y mayo con un máximo en marzo, mientras que las hembras alcanzaban mayores valores entre febrero y junio con un nuevo pico en septiembre.
La relación entre jóvenes y adultos capturados fue menor a uno cada mes, aunque alcanzó un pico en verano pero no significativo y la relación entre sexos fue cercana a 1:1 a lo largo del periodo de estudio, si bien, en invierno se desvió significativamente hacia los machos.
El tamaño de las camadas varió entre 1 y 7 lebratos, aunque la media fue de 2.08 lebratos por camada. Entre marzo y julio la media fue superior a 2, mientras que entre abril y mayo fue mayor a 3, siendo los valores menores en otoño. Además se pudo concluir que la media de lebratos por hembra y año fue de 7.21, con un número medio de camadas por año de 3.48.
Desde un punto de vista práctico en la gestión cinegética de nuestros acotados podríamos concluir que tomando los datos de los ejemplares cazados a lo largo del tiempo podríamos ir valorando aspectos como la actividad reproductiva, ratios de sexos y edades o condición corporal y extraer conclusiones locales para establecer los periodos más apropiados para realizar el aprovechamiento cinegético de la especie, hacer una propuesta seria de modificación de las fechas de caza a la administración en base a datos reales en caso de ser necesario y regular los días de caza, apertura y cierre de la temporada… en nuestros cotos en base a estos resultados.
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Referencia del trabajo:
FARFAN, M. A., VARGAS, J. M., REAL, R., PALOMO, L. J., DUARTE, J. “Population parameters and reproductive biology of the Iberian hare Lepus granatensis in southern Iberia”. Acta Theriologica. 2004, vol 49 (3), pp. 319-335.