Es por muchos conocido el hecho de que los grandes predadores "no se llevan bien con los pequeños", o dicho de otra manera, los superdepredadores se comen a los mesodepredadores. Un ejemplo cercano es la predación que lobos y linces pueden ejercer sobre los zorros y su posible impacto en las especies cinegéticas y no cinegéticas. En principio, la presencia de los grandes depredadores ayudaría a tener un ecosistema más equilibrado y por ende una predación más liviana sobre nuestra caza menor.
Ahora bien, no todos estamos familiarizados con las interacciones que suceden entre las especies de rapaces, porque "también se comen entre ellas". En el libro "Perdices" del Dr Dick Potts, se ofrece una importante reflexión sobre este asunto, dado que en algunos países europeos la excesiva predación por parte de especies de rapaces (como el gavilán) podría estar muy ligada a la ausencia de rapaces más grandes, como azores, águilas reales y búhos reales, que ejercerían predación sobre las mismas. Y, en efecto, se conseguiría mantener un equilibrio y así reducir la predación, no sólo sobre especies cinegéticas.
Esto podría explicar en parte por qué muchos cotos y grandes fincas que cuentan con buenas poblaciones de caza menor y otra fauna tienen una rica comunidad de grandes rapaces, que además de caza, también se comen a otras rapaces.
Referencia del libro
POTTS, G.R. (Dick) Partridges: Countryside Barometer. 2012. Collins, London, United Kingdom. 465 pp