En los últimos años diferentes estudios acreditan un descenso, en ocasiones dramático, de las poblaciones de aves ligadas a medios agrarios, entre las que se encuentran especies cinegéticas como la perdiz roja, pero también otras muchas no cinegéticas como el sisón o la alondra.
Casi siempre, desde determinados sectores, se cargan las tintas sobre la actividad cinegética como responsable último de la desaparición de especies, aunque muchas veces no se hayan cazado nunca, como puede ser el caso de algunas de las anteriormente mencionadas. Sin embargo, cuando se realizan estudios retrospectivos y prolongados en el tiempo, podemos apreciar que hay otros factores, a gran escala, que resultan determinantes para establecer las causas principales de estas tendencias tan negativas, causas que, además, de no ser revertidas, harán imposible la recuperación de las especies a pesar de moratorias.
En ese sentido, un artículo publicado este mismo año por Traba y Morales, analizó la relación existente entre el descenso de las poblaciones ligadas a medios agrarios en España y los cambios en la agricultura para el mismo periodo.
El trabajo es rotundo, e indica que a pesar de las sucesivas reformas de la Política Agraria Común (PAC) en las que se ha intentado orientar hacia un modelo más verde, no se ha alcanzado el éxito pretendido. Uno de los aspectos más determinantes es la gran pérdida de superficies de barbecho que, en los últimos 15 años en nuestro país, se ha reducido más de un millón de hectáreas.
Tal y como señalan los autores, existe una fuerte correlación entre la superficie de barbecho disponible y el estado de las poblaciones de aves ligadas a medios agrarios, por lo que sugieren un vínculo causal entre ambos factores.
Los autores concluyen que es necesario apostar por una nueva PAC que garantice el mantenimiento de las tierras de barbecho en los agrosistemas europeos si se quieren conservar las poblaciones de estas aves.
En todo caso, no podemos quedarnos parados ante esta situación y como ya hacen muchas sociedades de cazadores, es esencial trabajar en la mejora de los hábitat agrarios para frenar este declive y asegurar la conservación de especies como la perdiz roja para que puedan seguir siendo especies cinegéticas.
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