Quien más y quien menos estará familiarizado con las perdices de granja y su problemática. Aseguran días de caza y jornales del campo (que no es poco), pero la gran mayoría de estudios apuntan que les cuesta mucho sobrevivir y criar sus propios perdigones. Pese a que algunos criadores y gestores aseveran que las perdices de granja sí son capaces de criar, los estudios disponibles lo confirman pero en porcentajes muy pequeños, casi ridículos. Por lo tanto, no puede afirmarse que las perdices de granjas convencionales sean válidas para la repoblación.
Un trabajo firmado por Pérez Garrido y colaboradores, estudió la supervivencia y capacidad reproductiva de 31 perdices rojas adultas criadas por sus padres, utilizando para ello un sistema natural en el que perdices silvestres podían incubar y criar sus propios perdigones. Además, estudiaron también la supervivencia de 67 perdices silvestres (35 adultas y 32 silvestres) procedentes del mismo lugar de estudio, una finca situada en Valladolid en la que se realizó una gestión específica para la caza menor y otra fauna silvestre, no permitiéndose la caza.
Todas las perdices fueron estudiadas por radio-seguimiento desde los meses de marzo para los adultos y septiembre para los subadultos. La supervivencia de los adultos criados por sus padres fue menor (media 108 días) en comparación con los adultos silvestres (media 160 días), pero no se encontraron diferencias significativas. Las perdices criadas por sus padres fueron predadas principalmente por depredadores terrestres (52%), mientras que en las silvestres fueron principalmente las rapaces (49%), pudiendo explicarse este hecho por el sistema de cría de las primeras, que tuvieron menos contacto con predadores terrestres como el zorro.
El área de campeo de las perdices adultas criadas por sus padres (media 23 hectáreas) no fue significativamente menor que las adultas silvestres (media 27 hectáreas). En total, el 19% de las perdices adultas criadas por sus padres y el 31.4% de los adultos silvestres se emparejaron, registrándose seis parejas en las que uno era silvestre y el otro criado por sus padres y una pareja en la que ambos habían sido criados por sus padres. Una pequeña proporción de perdices comenzó la incubación (criados por sus padres 12.9%, silvestres 20%), siendo muy parecida la proporción de perdices que llevó la incubación a término.
Los autores concluyeron que en líneas generales las perdices criadas por sus padres mostraron unos valores de supervivencia y comportamiento reproductivo similares a los de las perdices silvestres y por ende mucho mejores que las perdices criadas por métodos convencionales (intensivos). Se plantea por tanto una alternativa para repoblar perdices en cotos que bien no tienen ya rojas o en números tan pequeños que es complicado plantear su caza.
Referencia del artículo
Pérez, J.A., Sánchez-García, C. Díez, C., Bartolomé, D.J., Alonso, M.E., and Gaudioso, V.R. (2015) Are parent-reared red-legged partridges (Alectoris rufa) better candidates for re-establishment purposes? Poultry Science. Poultry Science first published online September 10, 2015 doi:10.3382/ps/pev210