Ciencia y Caza

Volvemos a la carga con la inagotable investigación sobre la perdiz de granja y la silvestre, un tópico tan interesante como polémico y que muchos seguimos con gran atención, más si cabe por la lamentable situación de las patirrojas silvestres.

En esta ocasión, un trabajo firmado por Silvia Díaz-Fernández y sus colaboradores aborda el tan traído y llevado asunto de los precios de las cacerías de perdiz. Seguro que en más de una ocasión te hayas preguntado, ¿se paga más por las perdices silvestres?

Los autores realizaron una búsqueda de ofertas de caza a través de anuncios en prensa escrita e internet así como entrevistas telefónicas, intentando recabar la mayor información posible sobre las cacerías en cada coto, incluyendo si se trataba de perdiz silvestre o de granja, el número de cacerías ofrecidas, el tipo de caza realizada, el precio y los servicios ofrecidos al cazador, etc., junto con información relativa al hábitat y la gestión de cada coto.

Los resultados no detectaron una relación clara entre el precio de las cacerías y el tipo de perdiz cazada o la calidad del hábitat de los cotos. Dicho de otro modo, el hecho de cazar perdices silvestres, cazar en cotos con calidad de hábitat o ambos, no se traduce de forma general en un mayor precio de las cacerías. Aunque los precios variaron mucho, el precio medio de un ojeo por persona se aproximó a los 2800 € tanto si se trataba de perdiz de granja como silvestre, siendo Castilla-La Mancha la región de cual se obtuvieron la mayoría de los resultados.

Los autores señalan que si la Administración desea cuidar los hábitats y las especies silvestres, también debería desarrollar un sistema para, de algún modo, reconocer la labor de aquellos cotos en los que se cuida a la perdiz silvestre, y sobre todo, para que sean reconocidos por los cazadores en el momento de adquirir sus cacerías, disponiendo así de más información para determinar el precio que están dispuestos a pagar por lo que compran.

De nuevo, no se trata de echar la culpa a la perdiz roja de granja de todos los males, pero sí reflexionar sobre el uso desmedido que hemos hecho de ella durante décadas. Es cierto que las perdices de granja ofrecen un vuelo óptimo y por ende son válidas para la caza, pero su gestión no tiene nada que ver con la que se realiza para criar perdices silvestres.
Si queremos seguir cazando, tendremos que sustituir los "camiones de perdices" por hectáreas de alimento, cobijo, charcas con agua y guardas listos para realizar control razonado de predadores en caso de ser necesario. No nos queda otra.

Referencia del artículo

Díaz-Fernández, S., Arroyo, B., Viñuela, J., Patiño-Pascumal, I., Riera, P. Market value of restocking and landscape in red-legged partridge hunting: a study based on advertisements. 2013. Wildlife Research (DOI:10.1071/WR12191)

Palabras clave: caza, gestión, granja, perdiz roja