A grandes rasgos existen dos tipos de depredadores; especialistas, llamados en inglés "top predators" porque se sitúan arriba de la pirámide alimentaría (igual que nosotros), siendo los máximos depredadores del ecosistema y los generalistas, que se adaptan a la disponibilidad de alimento del medio y pueden ser a su vez presa de los predadores especialistas. Un predador especialista sería el lince y uno generalista el meloncillo.
Por desgracia, existen muchos prejuicios sobre el papel de los depredadores en el ecosistema y el impacto sobre las especies cinegéticas.
El equipo de investigación de Palomares y colaboradores centraron su objetivo en desenmascarar el impacto de ambos tipos de predadores sobre las especies presa para poder así discernir entre especialistas y generalistas. El estudio se basó en el conejo, siendo significativo y extrapolable a otras especies.
Para ello compararon dos ecosistemas mediterráneos, uno con presencia de un “gran depredador” como es el lince y otro sin su presencia. ¿Cuál fue el impacto del lince sobre los conejos?
Tras el estudio, llegaron a la conclusión de que el lince no tuvo un impacto directo sobre las poblaciones de conejo, debido entre otras cosas al reducido número de linces en el medio y a unas buenas poblaciones del conejo. Sin embargo, la presencia del lince en el ecosistema si tuvo un efecto beneficioso indirecto sobre el conejo y otras especies de caza menor dado que redujo la densidad de meloncillos, a los que ocasionalmente depreda.
Como consecuencia se redujo la predación total sobre las especies de caza menor. Los resultados mostrados son un ejemplo más de la importancia que tienen los grandes predadores favoreciendo la biodiversidad del ecosistema, manteniendo el equilibrio de manera natural entre los depredadores intermedios o generalistas y las especies presa, entre otras, las especies de caza menor.
¿Cómo sirve este ejemplo concreto para extenderlo a otros territorios? En primer lugar, este estudio resalta la necesidad de diferenciar entre depredadores generalistas y especialistas. Los segundos son capaces de reducir la densidad de los primeros y finalmente existe una menor presión sobre las especies presa.
Otro ejemplo parecido, podría ser la relación entre el lobo y el zorro, ya que la presencia del lobo en un territorio reduce el número de zorros en el mismo. Como conclusión final y siempre con mucha cautela, se podría decir que “la presencia de un predador especialista es un síntoma de salud del ecosistema”.
Referencia del trabajo:
PALOMARES, F., GAONA, P., FERRERAS, P. Y DELIBES, M. “Positive effects on game species of top predators by controlling smaller predator populations: an example with linx, mongooses, and rabbits”. Conservation Biology, 1995. Núm 2. Vol 9. Pag.: 295-305. Palabras clave: predación, especialista, generalista, zorro, lince.