Pasada la vorágine informativa sobre la situación del lobo ibérico durante las últimas semanas, realizamos aquí un repaso de los hallazgos más importantes reflejados en el Censo Nacional del Lobo publicado recientemente.
1. ¿Quién ha realizado este Censo?
El Censo ha sido promovido por la Dirección General de Medio Natural y Política Forestal, dependiente de el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, si bien ha sido realizado por el Grupo de Trabajo Lobo, técnicos de las distintas CCAA, equipos externos a la Administración y expertos en la materia.
2. ¿Cómo, cuándo y dónde se ha realizado?
El Grupo de Trabajo fijó una metodología para establecer la presencia y abundancia de la especie en cuadrículas de 10 x 10 km, manera habitual de realizar censos en ésta y otras especies. Se realizaron itinerarios de campo y se buscaron evidencias de la presencia de la especie a través de estaciones de escucha, fototrampeo y entrevistas con personas, entre otras.
El Censo se realizó durante el período 2012-2014 en nueve CCAA: Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Galicia, La Rioja, Madrid y País Vasco.
3. ¿Cuántos lobos se contabilizaron?
Se contaron un total de 297 manadas, siendo 278 exclusivas y 39 compartidas por varias CCAA. Las que cuentan con más manadas son Castilla y León, Galicia y Asturias. El Censo no aporta datos de número total de lobos, si bien datos de Blanco y Cortés para el año 2003 apuntaban que en España existían entre 1.700 y 2.500 lobos.
4. ¿Cómo está la situación en comparación con anteriores censos?
En general, hay más manadas que las conocidas para el año 2007 (250) y el lobo se expande y afianza más allá del Sistema Central (hacia Madrid y Castilla-La Mancha), si bien se va haciendo menos frecuente en el noreste y en Andalucía, donde no hay evidencia científica de su reproducción.
5. ¿Cuál es la conclusión?
Varias voces ponen en duda la fiabilidad de estos censos, al ser el lobo una especie no siempre fácil de detectar y por tanto evaluar. Pero por la magnitud del censo, la metodología utilizada y los participantes, parece improbable que los datos se alejen de la situación real de la especie en nuestros montes.