Durante el otoño e invierno, la becada o chocha perdiz llega desde Europa a la Península Ibérica, siendo para muchos cazadores la especie cinegética por excelencia.
Además de los individuos migrantes, en el norte peninsular existen también becadas reproductoras. Tanto para las becadas "residentes" como para la migrantes, su biología y ecología comienza a ser ya más conocida gracias a los esfuerzos de muchos investigadores.
Un estudio firmado por Arizaga y colaboradores, nos ofrece datos de interés sobre los factores que explican la distribución de la "sorda" en invierno, momento que coincide con la temporada cinegética.
Para ello, analizaron la relación entre el número de becadas censadas en Guipúzcoa durante tres inviernos consecutivos (inviernos de 2010/2011 al 2012/2013), y factores como la latitud, los usos de suelo, el año estudiado o el tipo de cobertura vegetal en las praderas.
En líneas generales, el número de becadas fue menor en el sur guipuzcoano, especialmente en aquellos lugares con plantaciones de árboles abundantes, en prados que eran pastados y durante los inviernos del 2011 y 2012.
Según los autores, una combinación de bosque con prados podría ser el hábitat más beneficioso para la especie. Se observó también que las zonas más cercanas a la costa son las que albergan más becadas. Esto podría ayudar a identificar zonas que actuaran como "reservas de becadas", contribuyendo a mejorar su gestión y garantizar su conservación y aprovechamiento sostenible.
Referencia del artículo:
Arizaga, J., Crespo-Díaz, A., Ansorregi, F., Galdós, A., Urruzola, A., & Iriarte, E. (2015). The impact of several environmental factors on density of woodcocks (Scolopax rusticola) wintering in a southern European region. European Journal of Wildlife Research, 61(3), 407-413.