La caza es una manera de intervenir en las poblaciones animales, cambiando la “selección natural” en uno u otro sentido. Dicho de otra manera, se puede favorecer la supervivencia de animales que en condiciones normales no existirían o bien la desaparición de otros que sí podrían vivir. Uno de los casos más claros de cómo la mano del hombre influye en el devenir de las poblaciones silvestres, es la caza selectiva que se realiza sobre ciertas especies de ungulados muy valorados por su trofeo, como el caso del ciervo ibérico. Esta modalidad persigue eliminar de la población aquellos machos que por su conformación no se espera que resulten en buenos trofeos.
Un interesante estudio de Jerónimo Torres-Porras y sus colaboradores comparó los tipos de ciervos que son abatidos en las dos modalidades de caza más comunes, montería tradicional y caza selectiva sobre machos.
Para ello, a lo largo de dos años se analizaron un total de 242 ciervos en la provincia de Córdoba en ocho lugares distintos. En cada ciervo se midió la longitud corporal, el perímetro cardíaco, la longitud de la cuerna, el número de puntas y el perímetro de la roseta.
Los resultados fueron contundentes, ya que en la caza selectiva la mayor parte de ciervos eran menores de cuatro años, siendo a su vez menores en tamaño corporal y de cuerna en comparación, estando relacionados con la edad. Según los autores, en la caza selectiva se realizó un mayor esfuerzo por abatir animales inmaduros mientras que en la montería un porcentaje considerable de ciervos abatidos (44%) tuvieron más de cuatro años de vida. En general, puede afirmarse que la caza selectiva consigue los objetivos propuestos, pero los autores sugieren que la presión de caza continuada sobre los ciervos más pequeños y de menor cuerna puede impedir que la selección natural actúe.
Según los autores, la transmisión de un buen trofeo de padres a hijos no está del todo clara y, en poblaciones silvestres poco gestionadas, esta herencia es pequeña.
Esto quiere decir que por el momento no se sabe cuál es el efecto de esta selección continuada, por lo que es necesario seguir estudiando las consecuencias de estas prácticas. Esta reflexión es de gran valor dado que en la mayoría de las fincas que gestionan ciervo ibérico este tipo de prácticas no se cuestionan, entendiendo que es necesario eliminar los ejemplares con peores “aptitudes” lo antes posible.
Referencia del trabajo
TORRES-PORRAS, J., CARRANZA, J., PÉREZ-GONZÁLEZ, J. Selective culling of Iberian red deer stags (Cervus elaphus hispanicus) by selective montería in Spain. European Journal of Wildlife Research. 2009, vol. 55, p. 117-123.