Numerosos estudios han demostrado que las perdices de granja tienen problemas para defenderse de sus predadores naturales. Esto se debe a que las perdices no se crían con sus padres (o bien adultos con experiencia), y a que no en todas las granjas se garantiza un contacto con predadores naturales como las rapaces y los zorros. También se suma el hecho de que, en ocasiones, las instalaciones no reúnen requisitos necesarios, como refugio o cobertura vegetal para resguardarse frente a una posible amenaza. Estas últimas posibilidades serían relativamente fáciles de mejorar en las granjas pero, ¿qué pasaría si se utilizaran perdices adultas como "entrenadores de perdigones"?
Esto es lo que han hecho Sánchez-García y colaboradores, utilizando para ello perdices rojas adultas como "tutores". Estas perdices, que habían tenido perdigones en condiciones de semi-libertad, fueron introducidas en las típicas casetas o naves en las que se crían perdigones procedentes de incubación artificial. Estos tutores fueron a su vez introducidos en una jaula específica para evitar su contacto directo con los perdigones durante las primeras semanas de vida.
Los autores evaluaron el comportamiento anti-predatorio de grupos de perdigones (sobre 400 animales), que eran criados con estos tutores ("perdigones entrenados"), comparándolo con el comportamiento de grupos de perdigones en el mismo número y condiciones pero sin la presencia de los tutores ("perdigones no entrenados").
Se simuló la llegada de un ave rapaz utilizando un modelo, y también se estudió cuál era el comportamiento anti-predatorio si una persona se introducía por breves segundos en la caseta. Estas pruebas se realizaron durante los siguientes días de vida: 1-4, 15-17 y 30-32. El comportamiento de los perdigones y tutores se grabó en vídeo, realizándose un análisis del mismo.
En presencia del modelo de rapaz, los tutores emitieron una vocalización característica en el 76% de las pruebas, agachándose de forma prolongada en el 59% de las pruebas. Cuando una persona se asomaba a la caseta, los tutores emitieron una vocalización también característica en el 73% de las pruebas y se mostraron vigilantes en un 78% de las pruebas.
Tanto los "perdigones entrenados" como los "no entrenados" mostraron mismo tipo de comportamiento en presencia del modelo de ave rapaz (agacharse) y de la persona en la caseta (huir), pero los autores observaron que los "perdigones entrenados" respondían de una manera más general y prolongada frente a los estímulos, mientras que no todos los "perdigones no entrenados" respondían a los estímulos y en ocasiones la duración del comportamiento era muy breve. Por lo tanto, sí puede realizarse un entrenamiento del comportamiento anti-predatorio en cautividad, aunque se necesita más investigación.
Los autores continuaron este estudio con la suelta de estas perdices para establecer si este entrenamiento fue efectivo, resultado que las perdices entrenadas sobrevivieron más días que las no entrenadas.
Referencia del artículo
Sánchez-García, C., Alonso, M.E., Tizado, E.J., Pérez, J.A., Armenteros, J.A., Gaudioso, V.R. (2016). Anti-predator behaviour of adult red-legged partridge ( Alectoris rufa ) tutors improves the defensive responses of farm-reared broods. British Poultry Science. DOI: DOI: 10.1080/00071668.2016.1162283