Durante las últimas décadas la caza mayor ha experimentado un incremento significativo en España, tanto por el número de piezas abatidas como por superficie de terreno cinegético dedicado a estas especies y cazadores interesados en monterías, recechos y ganchos.
Un buen número de trabajos científicos han estudiado esta tendencia a partir del estudio de factores como los cambios de hábitat (la reforestación favorece a la caza mayor), las tendencias poblacionales de grandes depredadores (como el lobo) y la disponibilidad de comida, entre otros. Pero escasean estudios que relacionen esta "época dorada" de la mayor con la superficie de terreno dedicada a estas especies y el número de licencias de caza. Esto es lo que nos proponen Herruzo y Martínez-Jauregui, que utilizaron datos para el período 1972-2007 (35 años en total).
Los resultados indican que el incremento en el número de piezas de caza mayor hasta 1989 se debió principalmente a la reducción de los cotos de caza "abiertos", lo cual indica que durante los años setenta y ochenta se produjo un cambio importante en la manera en que se gestionan estas especies, con más fincas cerradas y gestionadas para este fin. Tras el año 1989, el número de piezas cazadas se relacionó más con un incremento en el número de licencias de caza, lo cual sugiere que desde los años noventa los cazadores han mirado más a la caza mayor (posiblemente motivados por la escasez de caza menor, entre otros motivos).
Por lo tanto, estos factores también han tenido que ver en la imparable expansión de la caza mayor durante estos últimos años, un hecho que te será familiar, porque seguramente conoceras cotos y fincas "nuevas" de mayor y cazadores que se han aficionado a estas especies cinegéticas.
Referencia del artículo
Herruzo, A. C., & Martinez-Jauregui, M. (2013). Trends in hunters, hunting grounds and big game harvest in Spain. Forest Systems, 22(1), 114-122.