La variación de la morfología en nuestras especies cinegéticas es, sin lugar a dudas, uno de los temas de conversación preferidos por muchos aficionados a la caza y el monte.
La mayoría estamos familiarizados con las diferencias de tamaño sur-norte, dado que generalmente una misma especie tiende a ser de mayor tamaño según se distribuye más al norte, un proceso que fue descrito por el científico alemán Carl Bergmann en 1847. Por ello ya no nos soprende que los jabalíes y las perdices de Burgos sean más grandes que las de Cádiz.
Otro asunto relacionado es la variación de la coloración del pelaje y plumaje, que también pueden ser distintos en función del lugar en el que se encuentre la especie, si bien la explicación no es en este caso "sur o norte". Esta adaptación es conocida en el conejo de monte y seguramente a más de uno de venga a la cabeza aquel conejo más claro o más oscuro que abatió en tal sitio.
Un estudio de Stoner y colaboradores (2003), investigó esta adaptación en lagomorfos (conejos y liebres), utilizando datos de 146 investigaciones relacionadas anteriormente. Los autores asocian la variación de la coloración con el intento de camuflarse con el medio que lo rodea, de modo que en función de la vegetación predominante en la zona e incluso de la época del año esta tonalidad puede verse modificada en cierto grado. De esta manera conejos y liebres disminuyen las posibilidad de ser comidos.
De nuevo, nuestras preguntas suelen tener una explicación, y en este caso los resultados científicos nos ofrecen de nuevo algunas razones de porqué ocurren las cosas.
Referencia del artículo
STONER, C.J; BININDA-EMONDS, O. R; CARO, T. (2003). The adaptative significance of coloration in lagomorphs. Biological Journal of the Linnean Society, vol. 79, pp. 309-328. Palabras clave: biología, conejo, pelaje.