La problemática de introducir especies foráneas en nuestros cotos es tan antigua casi como la gestión cinegética en sí. Son muchos los ejemplos y numerosos los errores cometidos por la mano del hombre que, en su "buena intención" de sacar partido al campo, ha acabado "destrozando" aquello que quería cuidar.
Uno de los grupos animales que siempre está en boca de todos son los cérvidos, dado que sus trofeos tiene un alto valor y es lógico que tanto gestores como cazadores queramos cazar trofeos de calidad que nos recuerden aquel día que vivimos en el monte. El problema sucede cuando nos enteramos que aquel ciervo que tanto nos hizo sudar no era en realidad ibérico, sino "alemánfrancéscheco".
Un artículo publicado por Carranza y colaboradores allá por el año 2003 ya advertía de las nefastas consecuencias de introducir ciervos foráneos para incrementar las densidades del mismo y mejorar la calidad del trofeo. Ciertamente, una vez que se suelta un ejemplar procedente de otro país europeo, incluso en un cercado, es muy posible que algún día se acabe cruzando con ibérico, ¡y ahí está el problema!
Los autores no se quedaron atrás, sino que desarrollaron y propusieron un test genético acordado con la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza para evitar que los trofeos no autóctonos fueran homologados, estimulándose así la crianza de ciervos ibéricos.
Gracias a estos estudios y decisiones de aquellos que tienen responabilidad, nuestros trofeos de ciervo son más ibéricos que nunca.
Referencia del artículo
CARRANZA, J., MARTÍNEZ, J., SÁNCHEZ-PRIETO, C.B., FERNÁNDEZ-GARCÍA, J.L., SÁNCHEZ-FERNÁDEZ, B., ÁLVAREZ-ÁLVAREZ, R., VALENCIA, J., ALARCOS, S. Game species: extinction hidden by census numbers. 2003. Animal
Biodiversity and Conservation, vol. 26.2, pp. 81-84.
Palabras clave: ciervo ibérico, genética, gestión.