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Codorniz. Crédito de la imagen Pixabay
EspeciesCoturnix coturnix

Codorniz europea

Inglés: Common quail. Francés: Caillie des blés. Italiano: Quaglia comune. Portugués: Codorna o codorniz.
Gallego: paspallás. Catalán: guatlla. Vasco: galeper.

IDENTIFICACIÓN

La codorniz es la más pequeña de las galliformes de Península Ibérica. Se la denomina como “común” a la subespecie euroasiática Coturnix coturnix coturnix, con objeto de diferenciarla principalmente de la codorniz japonesa Coturnix coturnix japonica, especie criada en cautividad con la que puede hibridarse.
Con una longitud de entre 16-25 cm y pesos que oscilan entre los 85-120 gramos en individuos adultos, siendo por lo general las hembras (85-130 gramos) más grandes que los machos (70-100 gramos). La codorniz se camufla fácilmente en su hábitat típico (campos de cultivo de cereales y leguminosas), gracias a una coloración en general parda, con oscilaciones desde el blanco hasta el marrón y negro.
Según varios autores, los individuos jóvenes pueden diferenciarse de los adultos por ciertas características fenotípicas hasta la sexta o séptima semana de vida con el animal en la mano: plumaje moteado en el pecho, comisura del pico ciertamente rosada, coloración más clara en las cejas e iris de color verdoso. A medida que van creciendo, los pollos van perdiendo los plumones amarillentos y adquieren una coloración y diseño similar a las hembras. Para las fechas en que se abre la media veda en España (mediados de agosto), los jóvenes ya han sustituido las cuatro rémiges primarias, luego pueden diferenciarse de los adultos que presentan las mismas plumas desgastadas.
Aunque ambos sexos son parecidos en cuanto al plumaje, hay un dimorfismo sexual en función del diseño del pecho, garganta y cabeza. A partir de las seis semanas, en los machos se observa cabeza de color marrón oscuro con tres bandas amarillentas longitudinales y la garganta presenta una barra negruzca desde la base del cuello hasta el pico, completando una forma de “ancla” dado que se divide en dos líneas que suben hacia la nuca. Por el contrario, la hembra no tiene ni las bandas amarillentas ni el “ancla”, con un pecho moteado en negro sobre fondo blanquecino.

DISTRIBUCIÓN Y HÁBITAT TÍPICO

La codorniz común se distribuye por toda Europa, salvo el norte de Reino Unido, países nórdicos e Islandia. En el caso de España los autores apuntan que la codorniz existe en toda la Península y ambos archipiélagos, si bien la especie canaria es Coturnix coturnix confisa. No obstante, en la Península Ibérica no se observa una distribución homogénea, relacionándose su presencia con la calidad del hábitat y climatología. Así, unas regiones presentan buenas poblaciones a lo largo del tiempo (Castilla y León, Navarra, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura) y en otras hay una tendencia de regresión (Cataluña, Galicia, Valencia, Andalucía, etc.).
Como se ha comentado anteriormente, el hábitat típico de la codorniz son zonas cultivadas, tanto de cereal de invierno como leguminosas, si bien los autores recalcan la importancia de las parcelas de pequeño tamaño, ricas por tanto en linderos, ribazos y otros elementos diversificadores del paisaje. Aunque las codornices se asientan principalmente bajo los 1000 metros de altura, hay citas que confirman su existencia a más de 2000 metros. De entre todos los hábitats descritos, es en las zonas de regadío en las que mayores densidades se han obtenido, existiendo por tanto predilección por las zonas húmedas según va avanzando el verano.

ASPECTOS REPRODUCTIVOS

Si hay algo que caracterice a la codorniz, además de su comportamiento migratorio, es su precocidad sexual y prolificidad. En términos biológicos se dice que es una especie de la estrategia de la “R” porque tiene un elevada mortalidad anual (superior al 60%) y baja esperanza de vida (en torno al año de edad) que son compensados con una gran capacidad reproductiva.
La especie se clasifica como poliándrica (una hembra puede aparearse con varios machos) y a su vez poligínica (un macho se reproduce con varias hembras). Datos procedentes de codornices cautivas nos hablan de que los machos pueden alcanzar la madurez sexual a partir de las seis semanas de vida y las hembras en torno a las nueve. Por tanto, tanto machos como hembras nacidos a comienzos de la estación reproductora pueden reproducirse con éxito al final de la misma y es posible que las hembras realicen hasta tres puestas anuales. Aunque el tamaño de la puesta puede variar, los datos existentes apuntan tamaños de puesta de 8-20 huevos, que eclosionan tras 16-21 días de incubación llevada a cabo exclusivamente por la hembra. Los pollos son nidífugos y de muy rápido crecimiento, pudiendo volar a partir del décimo día de vida y mostrando un emplume completo a partir del día vigésimo.
La reproducción está marcada por la búsqueda de una zona adecuada y el ritmo de crecimiento de los vegetales. De este modo, una vez que los machos llegan a las zonas de cría los cantos típicos se escuchan con mayor frecuencia en el momento de máximo crecimiento de los cereales, cesando mientras están emparejados, volviendo a expresar actividad sexual con el inicio de la incubación. En consecuencia los machos continúan buscando más hembras para aparearse mientras las condiciones de clima y hábitat sean favorables.
Como se mencionó anteriormente, la codorniz común se hibrida con la japonesa, habitualmente utilizada en sueltas con fines cinegéticos. Varios estudios han demostrado la hibridación en el medio natural, lo cual podría infringir serios daños en las poblaciones autóctonas.

ALIMENTACIÓN

La codorniz no varía su alimentación básica respecto a otras especies de galliformes como la perdiz roja y pardilla. Los adultos son eminentemente vegetarianos, consumiendo grano de cereal, flores, hojas y frutos disponibles. Debido a la gran demanda de proteína por parte de los pollos durante las primeras semanas de vida, la presencia de invertebrados es muy valiosa para el buen desarrollo de las polladas.

DINÁMICA POBLACIONAL

La codorniz es una especie migratoria; en verano acude a las zonas de cría, en nuestro caso Europa, y a finales del verano regresa a los “cuarteles de invernada”, que pueden englobarse en el África subsahariana. Sin embargo, estudios apuntan que un importante porcentaje de codornices se mantienen sedentarias, asentándose en zonas de regadío del suroeste de España.
A grandes rasgos, las primeras codornices pueden llegar en marzo, pero es durante abril y mayo cuando llega la mayoría de animales. Estas primeras codornices comienzan a reproducirse, pudiendo a su vez migrar más al norte o permanecer en la Península. Las perdices más tardías, que arriban en junio o incluso más tarde, serían codornices nacidas meses antes en África, que también pueden completar la reproducción y seguir migrando hacia el norte. Esto explicaría la gran “variedad” de individuos en cuanto a sexo y edad que pueden ser cazados. A parte de las migraciones se ha descrito un “nomadismo”, que serían los movimientos que las codornices realizan como consecuencia de la búsqueda de zonas de cría, normalmente lugares provistos de buena cobertura vegetal y humedad.

APROVECHAMIENTO CINEGÉTICO

Períodos hábiles
La codorniz es la especie “estrella” de la media veda, con varios millones de codornices abatidos cada año, siendo la caza con perro única por la emoción de los lances, si bien la escasez de rastrojeras y buenos cazaderos ha mermado la práctica de esta especie. En la mayoría de las regiones se caza desde mediados de agosto hasta mediados de septiembre, en algunos casos con cupos hasta las 35 aves.

Pablo Pereira. Retratos de Fauna
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