Preguntas:
P: Aurora, ¿cómo surgió tu interés por las especies cinegéticas?
Fueron las circunstancias que en el momento de llegar a Portugal me encaminaron para este grupo concreto de especies. Vine para hacer un proyecto sobre la comunidad de invertebrados de río, al tiempo que empecé a colaborar en la asignatura de “Ordenamento Aquícola e Cinegética” de la licenciatura en Ingeniería Forestal. Por aquel entonces los estudios de fauna silvestre que implicasen manipulación o experimentación estaban bastante restringidos, existiendo un mayor abertura con las especies cinegéticas, por lo que agarré esta oportunidad. Tengo así que agradecer a la cinegética gran parte de mi formación y experiencia en el área de la conservación.
P: Además de las especies cinegéticas has podido trabajar en la conservación de otras especies y biodiversidad en general en Portugal, ¿es posible gestionar conjuntamente caza y otra fauna silvestre o es una utopía?
En mi opinión, sin lugar a dudas es posible. La fauna cinegética no es más que fauna silvestre de la cual obtenemos un aprovechamiento biológico. En ese sentido adolecen de problemas idénticos o muy similares: ambas están bajo la presión de las alteraciones globales, como el clima, la disminución del hábitat natural y su fragmentación, degradación ambiental o incompatibilidad de usos, por citar algunas amenazas. En todo caso, las especies de caza son menos vulnerables, debido a su estrategia biológica, mayoritariamente herbívoros, con desarrollo sexual más precoz y un número mayor de descendientes. Al mismo tiempo la gestión de especies cinegéticas puede beneficiar a otras que no lo son, si se constituyen presas. En todo caso pienso que en determinadas situaciones debemos tener un enfoque de conservación más holístico, mirando para la comunidad como un todo y no tanto para una especie particular. En la situación ambiental actual pienso que es casi impensable la conservación del recurso faunístico sin gestión.
P: El conejo de monte es la especie que más has estudiado estos años, ¿cuál es la situación de la especie en Portugal? ¿Hay muchas diferencias respecto a España?
El conejo de monte viene atravesando una situación difícil en toda la Península Ibérica, como es denunciado por investigadores mas especializados en esta materia, con una regresión generalizada de sus poblaciones. La nueva variante vírica de la enfermedad hemorrágica empeora este panorama y significa un retroceso en los esfuerzos de recuperación. Pienso que la situación es semejante entre ambos países, con la particularidad de que en Portugal la principal subespecie afectada es O. cuniculus algirus, que presenta otros problemas añadidos, como es el de hibridación. Por otro lado existe un déficit de conocimiento pues no existe un programa de monitorización generalizado y a largo plazo que nos permita conocer por ejemplo las tendencias poblacionales y las causas subyacentes o la efectividad de acciones de adecuación del hábitat.
P: ¿Cómo ves la situación de la investigación en especies cinegéticas en Portugal?
Sinceramente, es deficitaria y poco articulada, pues no existe una línea de financiación específica. Gran parte de los estudios son llevados a cabo por estudiantes universitarios para complementar su formación, con dinero de su bolsillo, o cuando son realizados a través de un proyecto, normalmente corresponde a una línea secundaria del mismo.
Otro grave problema es el de tratarse de una investigación a muy corto plazo de tiempo, cuando sabemos que en ecología las relaciones causa-efecto son complejas y dinámicas, tardándose mucho tiempo en producirse las respuestas. De todas formas constato un mayor interés sobre estas especies en cuanto su papel en el ecosistema y sinergias en el contexto amplio de biodiversidad, incorporando una mayor interdisciplinaridad, y una mayor valorización de los resultados de la investigación por parte del sector, lo cual que es muy gratificante y esperanzador.
P: ¿A qué temas de investigación se debiera prestar más atención en especies cinegéticas en Portugal?
Esta respuesta no es fácil dada la carencia de información, por lo que tal vez dedicaría especial atención a la investigación y experimentación más básica. Necesitaríamos implementar un programa de monitorización, cuando menos quinquenal, semejante a los aplicados con otros recursos naturales, como por ejemplo el inventario forestal, que permitiese un punto de partida para seguir tendencias y del cual emanasen recomendaciones al nivel de la exploración cinegética, entre otra información. La influencia de las alteraciones globales, principalmente derivadas del clima y fragmentación del hábitat, sobre la fenología, distribución y patología me parece también muy relevante.
P: ¿Es duro ser mujer investigadora en el mundo cinegético?
Bueno, es un mundo mayoritariamente de hombres, donde se comparten muchas complicidades, es difícil entrar en ese medio. Comprendo que exista cierta inhibición sin la cual se podría retirar mayor provecho mutuo. A pesar de todo el balance es positivo, siendo muy gratificante trabajar para este sector y junto los cazadores.
P: ¿Podrías resumir lo mejor y lo peor de tu trabajo?
Lo mejor de mi trabajo es el contacto con la naturaleza en todo su contexto, enriqueciendo la forma de cómo interpreto el mundo. Resolver los desafíos que suceden constantemente y poder transmitir conocimientos a través de la formación. Lo peor, saber que grande parte de los esfuerzos realizados se pierden por no haber voluntad política seria en materia de medio ambiente. Constatar una sociedad cada vez más urbana, con algunos sectores intolerantes al legítimo uso de determinados recursos biológicos, como la caza.
P: Un deseo para el futuro…
La integración del recurso cinegético con otras utilizaciones del espacio, donde se interiorice la sostenibilidad. Poder continuar con la investigación en el área de la gestión y conservación de la fauna salvaje, en colaboración con otros sectores para un mejor aprovechamiento del esfuerzo conjunto.
¡Muchas gracias Aurora!