Ciencia y Caza

En los últimos meses hemos tenido noticias sobre una elevada mortalidad de liebres (europeas) en Chipre como consecuencia de la presencia de pseudotuberculosis, un proceso bacteriano causado por Yersinia pseudotuberculosis. Se trata de un brote atípico que ha aparecido por primera vez en la isla, a pesar de que es frecuente en el Continente Europeo.

La pseudotuberculosis es un proceso que puede afectar a diversas especies de mamíferos y entra en el organismo principalmente a través de la ingestión de agua o alimentos contaminados. Los animales enfermos eliminan bacterias por heces y orina, lo que facilita la difusión del proceso. Además destaca también el papel de garrapatas y pulgas como potenciales transmisores de la enfermedad. Se trata de una zoonosis, esto es, una enfermedad que puede afectar a las personas.

Normalmente cursa de forma crónica y rara vez causa la muerte de los animales, de ahí que el brote de Chipre se pueda considerar atípico. En general provoca lesiones blanquecinas de pequeño tamaño (focos de necrosis miliar) en hígado, bazo, intestino y ganglios linfáticos mesentéricos, pudiendo provocar un progresivo adelgazamiento que causa debilidad y se puede complicar con otros procesos infecciosos secundarios o factores ambientales como temperaturas extremas, falta de alimentos o agua… hasta suponer la muerte de los animales afectados.

No existe un tratamiento para las liebres silvestres pero si es importante establecer medidas de control y prevención que limiten, en la medida de lo posible, la expansión de brotes ocasionales del proceso. Entre estas medidas destacan un diagnóstico precoz de la enfermedad, la retirada de cadáveres del campo y eliminación de los mismos, impidiendo que nuestros perros los puedan consumir (también pueden contagiarse y difundir la pseudotuberculosis), manejar los animales cazados y sospechosos con las adecuadas medidas como guantes, mascarilla... y evitar el consumo de aquellos que presenten signos clínicos de la enfermedad.