A finales del pasado año el Departamento de Sanidad Animal de Letonia confirmó la aparición de jabalíes salvajes afectados por peste porcina clásica en su territorio, concretamente en el condado de Dagda, muy próximo a la frontera con Bielorrusia, país que, sin embargo, en sus informes sobre sanidad animal no comunicaba ningún caso de este proceso en la cabaña doméstica aunque no aludía a la fauna silvestre, por lo que es difícil conocer el mencionado origen de esos casos.
Destaca además que este proceso no aparecía en Letonia desde hacía más de 15 años y que, ante la falta de más datos, el origen es desconocido, por lo que existe una gran preocupación entre autoridades y ganaderos.
La importancia de este hecho se debe a que esta enfermedad es un proceso vírico altamente contagioso y de efectos graves, muchas veces mortales, principalmente en el cerdo doméstico. Por ello es un proceso muy preocupante, considerado de declaración obligatoria por la Oficina Internacional de Epizootías (OIE) y que tiene unas importantes repercusiones económicas en los lugares donde aparece, puesto que en caso de aparecer en explotaciones de cerdos domésticos es obligatorio el sacrificio de todos los animales contagiados y se prohibe el comercio con zonas no afectadas.
Está demostrado además que uno de los mayores riesgos para la reaparición de focos en la cabaña doméstica es la presencia de jabalíes salvajes persistentemente infectados, que no muestran signos clínicos pero que mantienen el virus y pueden eliminarlo contagiando a otros animales.
Se confirma así que, una vez más, la vigilancia activa de nuestras especies silvestres, en este caso el jabalí, es fundamental, teniendo en cuenta además que contamos con la interesante fuente de datos y muestras que supone la actividad cinegética, que es imprescindible utilizar para tratar de establecer diagnósticos tempranos de las posibles amenazas y así establecer medidas de gestión preventivas específicas que minimicen la repercusión de enfermedades tan importantes como ésta.