No corren buenos tiempos para la caza o la pesca, pero tampoco para muchas de las actividades tradicionalmente ligadas al medio rural, la agricultura, la ganadería o el aprovechamiento forestal se encuentran en el punto de mira de muchos que, de forma hipócrita, miran para otro lado cuando son los verdaderos problemas de nuestros ecosistemas los que se ponen en entredicho.
Son tiempos en los que cualquier actividad tradicional, sostenible y, verdaderamente respetuosa con el medio natural, se ve como algo lejano para aquellos que viven en el medio urbano, que piensan que conservar es tan solo ir a hacer biking, treking, climbing o incluso birdwatching el fin de semana, con una ropa de última generación, llamativa no solo por su destellante colorido, sino también por sus altas prestaciones en cuanto aislamiento térmico o hídrico, pero fabricada seguramente en algún país en el que las condiciones laborales o ambientales de las personas que viven en él no nos importan tanto.
Por eso hay que esforzarse por transmitir de forma clara, respetuosa y contundente los valores sociales, ambientales y económicos de actividades como la ganadería, la pesca o la caza y, sobre todo, por mantenerse unidos para que, desde el respeto y el sentido común, seamos capaces de competir con aquellos que viven de confundir a quienes con su buena intención piensan que dar de comer a las palomas del Retiro o sacar a pasear a su perro 10 minutos al día enfundado en un chubasquero de colores es más "ecológico" que luchar día a día por sacar adelante a una familia gracias precisamente a actividades que de verdad conservan los ecosistemas en los que se llevan a cabo.
Por eso, igual que hemos apoyado siempre cualquier encuentro que desde el respeto y la dignidad defienda la caza o cualquier otra actividad en el medio rural, lo haremos también este domingo en Santiago, dónde a buen seguro nos encontraremos con cientos de miles de personas honestas que no pedirán más que respeto por la tierra en la que viven para poder seguir viviendo en ella.