Hace unas semanas, en una rueda de prensa en la que participaban todos los responsables del ambicioso proyecto sobre la vacuna recombinante para el conejo de monte, se anunció que el trabajo de tantos años se daba por terminado sin alcanzar el éxito pretendido.
En primer lugar, tenemos que lamentar esta situación ya que, de haber salido adelante, esta vacuna probablemente hubiese resuelto los problemas de muchas de las poblaciones de conejo de monte que se encuentran en peligro en la actualidad.
Por otro lado, cuando las cosas se hacen con rigor, seriedad y esfuerzo no hay nada que objetar. Es valiente iniciar proyectos de esta envergadura cuando sabes de antemano que en la naturaleza nunca 2 + 2 son 4 y que cuando investigas, unas veces sale bien y otras sale mal, como es valiente también reconocer los resultados finales y darse cuenta de que este camino no era el esperado.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todo se ha perdido, que se ha creado una vacuna eficaz, que aunque no se transmite lo que se esperaba entre los animales, protege a la vez frente a mixomatosis y enfermedad hemorrágico vírica. Por ello, desde aquí animamos a Fedenca, la Fundación Biodiversidad, INIA y laboratorios Syva, para que sigan trabajando, para que no tiren la toalla y busquen nuevas fórmulas para solventar ese problema. Hay equipos trabajando desde hace tiempo en otras soluciones, como el empleo de vectores como transmisores de la vacuna y quizás ésta u otras vías podrían ser interesantes.
Sin embargo, hasta que éste u otros proyectos alcancen el éxito esperado, no debemos olvidar que la recuperación de las poblaciones de conejo de monte pasan por una adecuada gestión, y que siembras, desbroces, comederos, bebederos, recuperación de vivares, repoblaciones... pueden llegar a ser tan eficaces como una buena vacuna si se hacen bien, así que no nos queda otra que seguir trabajando porque creemos también que aunque la vacuna recombinante se hubiese podido comercializar con éxito tampoco hubiese sido la solución final para el conejo de monte.