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Crédito de la imagen: J. Manzano. Gentileza de D. José Luis Garrido Martín
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La caza menor ha quedado alicortada

Un artículo de D. José Luis Garrido Martín

19 January 2021

En FEDERCAZA del mes de diciembre pasado comenté cómo se había iniciado esta temporada en vigor, del 1 de abril de 2020 al 30 de marzo de 2021, totalmente condicionada por el RD 463/2020 de Estado de Alarma del 14 de marzo que nos quedó a todos con movimientos muy limitados que impedían la caza. La fauna no tenía control y mientras todos poníamos a los agricultores como héroes, estaban las piaras al libre albedrío por las parcelas y coronas verdes de la ciudad, con escenas ‘disneynianas’ entrañables de ciudadanos urbanos ignorantes dando pan al jabalí, como si se tratara de echar de comer al gato. La situación y las quejas ganaderas y agrícolas hicieron reaccionar con prontitud al señor ministro del MAPA y el 15 de abril recomendó a todas las Comunidades Autónomas algo tan sensato como evitar los daños y peligros del jabalí y otras
especies cinegéticas para esta sociedad, tal como: transmisión de enfermedades, daños agrícolas y ganaderos y accidentes de carreteras.

El Conejo de monte, como causante de la mitad de los daños agrícolas, es la única especie de menor que acompaña en las autorizaciones para control de daños a las tres de caza mayor más peligrosas: jabalí, corzo y venado. La caza está condicionada por la situación sanitaria y todas las CCAA han regulado una normativa para control de daños adaptada a ella. Este año es muy escasa la arribada de cuadrillas de cazadores foráneos, porque suele estar prohibido el desplazamiento desde una provincia a otra para evitar al virus que nos
tiene acobardados; la caza está alicortada, diríamos entre cazadores.

Aunque voy a escribir de caza menor, quiero decir que este año van a aumentar más de lo habitual las poblaciones de caza y sus daños, porque en estos meses de periodo hábil se han suspendido muchas cacerías debido a las limitaciones de movimiento. En esto de los daños agrícolas debe quedar claro quiénes son los que pagan casi siempre, que es algo que ignora la sociedad ¿Cuánto cuesta ese control por daños a los cazadores? Voy a poner en pantalla a la especie más peligrosa de todas y doy el ejemplo de lo que nos cuesta controlar al jabalí. En 2012 el coste medio para llegar a cazar un jabalí era de 305 €, (“La caza sector económico”. Garrido JL. 2012), sin considerar entonces otros costes que estudios más recientes han incluido. Se considera que cada tres batidas-ganchos se caza uno. En las dieciocho primeras temporadas de caza, según las declaraciones de los titulares de cotos, hemos capturado 4.025.000 jabalíes y la tendencia nos hace estimar que dos temporadas después, hasta finalizar la 2019-20, habremos cazado otro millón de jabalíes más. Cazar cinco millones de jabalíes genera y nos ha costado a los cazadores bastante más de mil quinientos millones de euros y no cuento los daños que siguen produciendo los jabalíes que quedan a la agricultura y que pagaremos también nosotros.

Me gustaría saber cómo lo solucionarían esos ciudadanos que dicen ¡no a la caza! Les repito algo que escribí hace veinte años: “Si no existiera el gremio cinegético, los poderes públicos tendrían que crear el Cuerpo de Cazadores del Estado, semejante al de Policías o Bomberos”. A la mayoría de negacionistas les encantaría, porque cuando hablan así se entiende que es porque no pagan ningún impuesto para, en caso, mantener ese cuerpo de cazadores a sueldo, pero para la mayoría de la sociedad que paga impuestos, les gustaría que lo sigan pagando los cazadores, como hasta la fecha.

Las tres especies clásicas de la caza menor a analizar son la Perdiz Roja (Alectoris rufa); el Conejo de Monte (Oryctolagus cunículus) y la Liebre Ibérica (Lepus granatensis).

Perdiz Roja.
La temporada de perdiz se ha desarrollado hasta finales de año como adelantábamos en el Nº 417 de FEDERCAZA de octubre 2020, con bastante generosidad en (CLM), (CyL), Cataluña y Madrid. ¿Esto se ha traducido en capturas más abundantes que en años anteriores? No. Como se comenta en el texto “Las Especies Cinegéticas Españolas en el Siglo XXI” las capturas de perdiz en España se adaptan a la demanda, que es determinante en Castilla la Mancha donde se ha cazado el 43% de las perdices de España en estas dieciocho temporadas controladas y donde se comprueba perfectamente que durante la temporada 2008-09 habíamos cazado en España 3.909.549 perdices y en la temporada 2014-15, final de aquella crisis, las capturas fueron de 2.368.545 perdices (1.541.000 menos).

(1) Esa reducción no tuvo nada que ver con las respuestas del campo en ese periodo de tiempo, si no como consecuencia de la demanda a la baja en una gran crisis económica. Y los numerosos cotos de repoblación, refuerzo o suelta de perdices de granja, van surtiendo al campo a medida que se van cazando, pues las perdices silvestres desaparecieron del más del 80% del territorio de la comunidad española más perdicera. Y este año, como consecuencia de las restricciones de movimiento, derivadas de las directrices sanitarias, que son bastante rígidas para poderse desplazar a cazar perdices, una especie bendita que no hace daños a controlar, va a provocar que esta temporada sea la más baja en capturas de toda la historia de la caza de perdiz desde mediados del siglo pasado. En las comunidades donde la caza está muy vinculada a la estructura social de cada término, la perdiz se caza por los socios del club local, que suelen ser hijos del pueblo, con menos impedimentos.

No sé cómo se presentará este año el celo que suele condicionarse por la otoñada anterior, pero sobre todo por lo que ocurra de enero a marzo. El celo es el periodo en que los irracionales experimentan un impulso sexual que finaliza en el apareamiento. Las perdices son monógamas y desarrollan cuatro fases comportamentales  durante el ciclo reproductor. En diciembre comienzan los emparejamientos en el bando invernal. Las parejas siguen cada año las mismas pautas y después de formarse, (picadilla), siguen con el aislamiento, ya fuera del bando, la exploración o búsqueda del territorio y la nidificación. (Nadal 1998)

(2). Estos movimientos son el mandato de la evolución de las hormonas de las parejas; la testosterona en machos y el estradiol y la hormona leutilizante: LH en las hembras, que van creciendo cada año desde enero hasta mayo con un ritmo diferente, dependiendo de la climatología, que puede desplazar la puesta hasta un mes en Andalucía. (Fuentes 2011)

(3) La caza del periodo hábil 2020-21 de la perdiz finalizará en enero o a primeros de febrero y en esos días finales y más tarde en la caza con reclamo, podemos observar cómo han evolucionado los testículos de los machos que pasan de ser como un grano de arroz en octubre, a una alubia pequeña en marzo, abril o mayo, siguiendo el proceso de la testosterona.

Caza con reclamo. La perdiz roja se caza con reclamo macho en España en fechas dispares que dependen especialmente de la latitud y de la altitud que nos dan diferentes periodos de puesta. Atendiendo a las directrices del comité ORNIS sobre la fecha para el inicio del celo a todos los efectos, hay que considerar que el inicio del celo se produce 40 días antes de la fecha en la que la perdiz pone el primer huevo. Esto se sabe a posteriori, pero se pueden agrupar las condiciones que dan los diferentes ‘años tipo’ y con ello actuar en años sucesivos. Saber cuándo ponen el primer huevo es complicado excepto si se le pone radio-emisor a la hembra, aunque se puede llegar a esa fecha con una certeza de dos o tres días, como ya hemos hecho en un proyecto de FEDENCA.

Para calcularlo descontaremos 46 días (22 de puesta + 23’5 de incubación) desde el día del nacimiento del pollo. Y esta fecha de eclosión del huevo y nacimiento del pollo se puede calcular con la exactitud citada, observando las rémiges de una perdiz joven de hasta 130 días de vida, por el método de Calderón (1983). Conociendo el día que nació la perdiz y descontando los 86 días (40 que ordena Hornis+46 de puesta e incubación), tenemos la fecha puesta del primer huevo y sobre todo, la fecha de inicio del celo de su progenitor, para todos los efectos; por ejemplo, para saber hasta qué fecha se puede cazar con reclamo sin contravenir la Directiva Aves, en un año similar de características ya analizadas anteriormente. Para lograr estas fechas se pusieron en marcha en FEDENCA dos proyectos: Uno el “Mapa fenológico. Cronograma de natalidad” conocido como ‘proyecto alas’, que se ha realizado trabajando con perdices silvestres y utilizando para calcular los
nacimientos de las perdices este método citado. El proyecto alas solo se hizo en dos temporadas 2011-12 y 2012-13, y se conoció que la mayor parte de los nacimientos se concentran en la tercera década de junio en las dos temporadas y también que en el periodo de tiempo comprendido entre el 11 de junio y el 10 de julio se produjeron casi el 83% de las eclosiones, resultado muy similar al del año anterior (casi el 80% de las eclosiones en este mismo periodo). (Pérez J.A. 2013).

Conejo de Monte. 

El conejo es el animal que dispone de mayor número de modalidades y métodos de caza entre las cincuenta y tres especies cinegéticas actuales en España y es la pieza que ha soportado más jornadas de caza en la historia de la actividad. El conejo proporciona el mayor recurso trófico del ecosistema mediterráneo que ampara a cuarenta y dos predadores. Este lepórido es un gran aliado de la diversidad biológica y su abundancia es una garantía para la mayoría de especies animales que comparten territorios con él. Por todas esas virtudes los cazadores, a sabiendas de que puede producir daños agrícolas que pagaremos, hemos buscado con ahínco la recuperación del conejo, perseguido e infectado por virus inducidos por el hombre. Lucharemos porque no desaparezca. A pesar de los daños que el conejo produce en ciertas zonas donde hay mucha abundancia o en
plantaciones sensibles y que no requieren una población nutrida del mismo, es una especie que de forma generalizada se encuentra en ‘declive’ según han citado varios científicos.

La población de conejos en España está condicionada en el tiempo por las diferentes enfermedades, Mixomatosis (1953-54), virus hemorrágico RHDV (1988-89) y dos cepas variantes RHDV-N11 (2010-11) y la RHDV1-K5 un virus aparecido en Corea del sur, que se vertió en Australia en 2017 y estará en España posiblemente en esta temporada, habida cuenta de lo que tardaron en llegar las anteriores, que fueron dos o tres años. “El virus RHDV1-K5 resiste activo en el medio ambiente durante varios meses. Los conejos mueren en 48-72 horas y la mortalidad alcanza el 90% de la población. Para la variante RHDV-N11 hay ya varias vacunas en España y Europa, pero para la variable RHDV1-K5, última en escena, no hay ninguna alternativa, dice el virólogo que identificó la variante del virus hemorrágico de 2011, (Parra F. 2017)”. Las amenazas
para el conejo son esas enfermedades citadas, pero las fortalezas también son conocidas: a cada acoso por virus, el conejo responde con una resistencia de anticuerpos que al cabo del tiempo recuperan parte de las poblaciones perdidas, aunque aún no se han recuperado las capturas en 1950-51, que según el AEA fueron de dieciséis millones de conejos; pero no se han recuperado porque cada cierto tiempo en Australia inventan una nueva cepa más letal. En las dieciocho primeras temporadas del siglo, los conejos han estado expuestos a las dos enfermedades más dos nuevas cepas y a pesar de ello hemos cazado 110.578.000 conejos, a una media de 5.588.000 conejos/T, que son el 35% de los que se capturaban por temporada antes de la introducción del
virus de la Mixomatosis. Todos nos figuramos lo que hubiera resultado para el campo español, si no hubiéramos controlado en lo que va de siglo unos ciento veinticinco millones de conejos, que estimo hemos cazado hasta esta fecha de finales de 2020.

(1) Esta temporada, 2020-21, la presencia de conejos está siendo abundante hasta finalizar 2020 en Castilla la Mancha (CLM) (33%) y en Andalucía (24%) que son las dos comunidades con mayores capturas en España. En Madrid y Cataluña también ha habido buena temporada, pero no así en Castilla y León (CyL), Navarra y Galicia. Parece que aún no ha llegado a España la última cepa mortal del virus hemorrágico, lo que nos congratula, pero es muy raro que esté tardando más de tres años en aparecer. A mediados de diciembre me comentan que la otoñada no ha sido buena en CLM, pero aun así, ya andan las conejas limpiando las futuras parideras para solventar la primera lechigada, situación que se repite también en CyL, que suele venir un mes tardío respecto a CLM.

Liebre Ibérica.

Desde hace veinte años, no pinta bien para la liebre. En la temporada 2000-01 las capturas fueron de 1.406.000 liebres, sumando las tres especies españolas: Ibérica, Europea y Del Piornal, aunque las dos últimas son testimoniales, sobre todo la Del Piornal. En la última temporada controlada 2017-18 cazamos solamente 715.000 (49% menos), que supone una pérdida por temporada de unas 38.400 liebres, según los datos que proporcionan a los Servicios de Agricultura o Medio Ambiente de las CCAA los titulares de los 32.000 cotos que hay en España.

(1) Esa caída de capturas, y paralelamente de poblaciones, se debe a diferentes motivos que se han cebado contra la especie singularmente en (CyL) por el azote de la Tularemia (1997-98) junto a otra zoonosis como es la Cisticercosis, seguido por el vertido oficial de venenos como la Clorofacinona (2007) y Bromadiolona (2016), en soporte de cereal, para combatir al topillo y por otros motivos como son los métodos de caza de la especie, que no han favorecido al progreso de la liebre que en mi tierra y en este país no levanta cabeza y menos en  este momento en el que la Mixomatosis enferma a las liebres como conocemos desde el verano de 2018 cuando atacó a las liebres de dos pueblos de Córdoba y un mes más tarde de Cuenca.

Las nuevas enfermedades de la liebre ya se anunciaron por “Ciencia y Caza” en el otoño de 2014 cuando comunicó la aparición del virus de la Mixomatosis en algunas liebres europeas de Francia, Irlanda e Inglaterra y también la aparición del virus hemorrágico RHDV, en liebres Ibéricas en Portugal.

Muchos cotos de España han suspendido la caza de la liebre debido al estado sanitario de la especie. Bastantes cotos de (CyL) y otras comunidades llevan años con la liebre vedada o con un cupo simbólico. Este año la Federación Galguera de Castilla y León, con buen criterio, ha suspendido el campeonato autonómico de galgos. La Federación Española de Galgos sigue adelante con el Campeonato de España en el que no estará la federación de mi tierra y en el que han modificado las normas de puntuación; este año en vez de a los dos puntos habituales se juegan la clasificación en los octavos a un solo punto. A un mes de la celebración del  campeonato de España de galgos, (cuando escribo esto-1ª quincena de diciembre), aún no han asignado el
corredero, pero dada la expectativa que despierta y la afición por ese campeonato, donde asisten a la final unos 15.000 aficionados y entre 25.000-30.000 el primer día de octavos de final, según me informa Leo de la Fuente (Radio MARCA) experto en estas lides. Parece que va a ser muy complicado limitar las asistencias en las  últimas fases. Es muy difícil ponerle puertas al campo.

José Luis Garrido
Presidente honorífico de la Federacion de Caza de C y L
Director honorifico de la Escuela Española de Caza
Ex director general de FEDENCA

 

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