No corren buenos tiempos para las poblaciones ibéricas de perdiz pardilla (Perdix perdix hispaniensis).
Desde hace décadas hemos ido viendo como la especie paso de gozar de buena salud en la Península, hasta el punto de considerarse una especie cinética apreciada en muchas regiones de nuestro país, a casi desaparecer de muchos territorios.
No son pocas las causas que contribuyen a esta situación, desde nuestro punto de vista, la mayoría vinculadas a la desaparición de muchos usos tradicionales que hombres y mujeres rurales llevaban a cabo en sus hábitat, ganadería extensiva que mantenía pastizales y zonas de mosaico en zonas de media y alta montaña y que cada vez es más escasa, quemas controladas que mantenían a raya el matorral que hoy en día se apodera de buena parte de su territorio y un crecimiento exponencial de especies como el jabalí que predan sobre la especie, por citar algunas.
Este descenso tan acusado ha dado lugar a que en la Orden TED/1126/2020, de 20 de noviembre, por la que se modifica el Anexo del Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas, y el Anexo del Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo Español de Especies Exóticas invasoras, se incluya ya a las poblaciones de perdiz pardilla del Sistema Ibérico en la categoría de "En peligro de extinción".
Lamentablemente, de no actuar de forma rápida, pensamos que el resto de poblaciones peninsulares correrá la misma suerte, caminando con paso firme hacia la extinción.
