El grupo de investigación del Doctor R. Draycott, de la Fundación para la Conservación de la Caza y Vida Silvestre del Reino Unido (Game & Wildlife Conservation Trust) ha investigado sobre la repercusión de la alimentación en la fauna cinegética, concretamente en faisanes criados en cautividad y posteriormente liberados, una pregunta frecuente en aquellos acotados que cuentan con poblaciones reproductoras de faisán.
En Gran Bretaña, el faisán es una de las aves cinegéticas más demandadas por los cazadores, a pesar de ser una especie no autóctona.
La cría intensiva y posterior liberación de individuos al medio es una medida habitual para mantener y reforzar las poblaciones silvestres que existen, considerando como faisanes naturalizados (asilvestrados) aquellos que han superado dos temporadas cinegéticas.
Para ello se realizan distintas medidas de gestión, entre ellas la colocación de comederos durante el otoño e invierno hasta el final de la temporada de caza (shooting season) que ocurre el 1 de febrero.
Los comederos se sitúan en zonas boscosas o con abundante cobertura vegetal. Lo más habitual es tener los comederos “funcionando” durante la temporada de caza y, tras el cierre no prestarles mucha atención, pero ¿y si los comederos se mantienen durante la primavera?
Para comprobar los efectos de la alimentación artificial, dentro de una misma finca se establecieron seis terrenos de un km2 de superficie cada uno. En tres de ellos no se dispuso alimento en primavera (se denominaron “terrenos control”) y los otros tres donde en los que se colocaron comederos cada 50 m. Se descartó el movimiento de animales entre terrenos de estudio ya que los faisanes apenas se desplazan 250 m en primavera, cuando ya se han establecido los harenes y muestran un comportamiento muy territorial. Para calcular el estado corporal y las reservas de grasa de las hembras de faisán, se capturó y sacrificó a 4-6 animales por terreno en dos momentos (febrero y finales de abril), realizando una necropsia posteriormente.
¿Cuáles fueron los resultados?
A finales de abril se observó una reducción en las reservas de grasa del 50% en aquellos faisanes situados en los terrenos control (sin comederos), así como otros valores morfológicos y biométricos.
Estos resultados no son suficientes para provocar el fracaso en la puesta o la muerte por inanición pero sí pueden provocar unos resultados finales de cría peores, como por ejemplo una menor supervivencia de pollos o menor número de crías por nido, a pesar de que los animales muestran una mayor eficiencia del aparato digestivo.
Debido a la agricultura intensiva, la disponibilidad de alimento se ha visto reducida drásticamente y por ello, los autores recomiendan prolongar la alimentación artificial más allá del invierno, concretamente hasta la época de cría (Mayo).
Ésta medida puede mejorar las bajas tasas de reproducción de los faisanes de granja (con menor capacidad de búsqueda de alimento), siendo extensible a otras especies cinegéticas.
En todo caso recomiendan el traslado de los comederos desde los emplazamientos invernales (normalmente bosques en el Reino Unido) hacia zonas más abiertas (márgenes boscosos y linderos).
Consideran importante la separación de los comederos (aproximadamente 50 m) para que se puedan establecer los harenes y se hace hincapié en que el gasto económico no resulta excesivo en comparación con los buenos resultados que puede tener para la reproducción.
No olvidemos que esta medida debe de aplicarse conjuntamente con otras medidas de gestión importantes para el medio, como son el control de predadores y la gestión del hábitat.
¿Y PARA QUE QUIERO SABER YO DE FAISANES?
Salvando las diferencias obvias, experiencias con otras especies nos pueden ayudar a gestionar nuestros territorios aplicándolo a las nuestras propias especies.
De ello podemos concluir:
1. Que hay que cuidar la caza durante todo el año.
2. Que no sólo hay que cuidar a los individuos que soltamos, sino facilitar su cría y la supervivencia de la descendencia.
3. Medidas sencillas y no muy costosas nos ayudan a realizar una buena gestión.
Referencia del trabajo:
DRAYCOTT, R.A.H., HOODLESS, A.N., LUDIMAN, M.N. & ROBERTSON, P.A. “Effects of spring feeding on body condition of captive-reared ring-necked pheasants in Great Britain”. Journal Wildlife Management 1998. vol. 62, p. 557-563. Palabras clave: comederos, gestión, faisán.