El avance en el conocimiento sobre la biología, ecología y otros aspectos tan importantes como la caracterización genética de las poblaciones de la especies, han aportado nuevos recursos para mejorar la gestión, cría en cautividad y conservación de nuestra patirroja.
Desde hace solo unos años y gracias a los avances en el campo de la biología molecular y su abaratamiento, es posible secuenciar genomas completos de diferentes especies. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer, y especies tan importantes como la perdiz roja no habían sido estudiadas en profundidad.
Las poblaciones de esta apreciada gallinácea han sufrido un descenso muy marcado a lo largo de toda su área de distribución natural, principalmente debido a los cambios acaecidos en la gestión y manejo del hábitat principal de esta especie: las zonas agroesteparias. Cambios en los usos del suelo, el abandono de las zonas rurales y la consecuente regeneración natural, se ha traducido, en muchos casos, en una disminución de los habitas disponibles para las perdices. Más recientemente, se han sumado otras amenazas de origen antrópico para la perdiz roja, como la hibridación e introgresión genética de la perdiz roja con la perdiz chukar (Alectoris chukar) y el cambio climático. Y tampoco podemos olvidarnos del efecto de los predadores oportunistas en algunos contextos.
Un estudio publicado recientemente en la revista Genomics, liderado por investigadores de las universidades de Pisa (Italia) y Singapur, ha conseguido reconstruir el impacto de los cambios climáticos ocurridos durante las glaciaciones cuaternarias en la perdiz roja, secuenciando el primer genoma entero de esta especie, y también del de su género, Alectoris. En particular, el estudio ha evidenciado que la perdiz roja sufrió un colapso demográfico hace unos 140.000 años, coincidiendo con la subida de la temperatura durante el período interglacial que se conoce como de "Riss-Würm". En este período, se produjo un aumento la superficie de los bosques en detrimento de áreas abiertas de vegetación herbácea, que son el hábitat preferido por las perdices. Merece la pena destacar, que aún hoy día la diversidad genética de la especie no se ha recuperado, y continua en sus niveles más bajos.
Además de reconstruir lo que pasó en el Pleistoceno, este estudio ha generado unos recursos genéticos de gran interés para todos los que trabajan con perdices, desde criadores, cazadores, investigadores a conservacionistas. La descripción del genoma completo de la perdiz representa una herramienta muy útil para estudios sobre productividad, respuesta inmune, adaptación a condiciones locales, y comparación entre poblaciones, especialmente en estudios de introgresión génica para evaluar sus efectos sobre la viabilidad y reproducción de la especie.
En concreto, el genoma secuenciado pertenece a un individuo de perdiz roja de la isla de Elba (Toscana), donde se encuentra la población silvestre italiana más importante de esta especie. Es importante que otros grupos de investigación sigan este ejemplo y publiquen genomas de individuos que pertenezcan a poblaciones de interés de conservación y evolutivo. Un ejemplo para España podrían ser las perdices de Asturias y Castilla y León en el norte de España, y las de Doñana y Sierra Nevada (Granada) en el sur.
Referencia del artículo
Balaji, C., Forcina, G., Garg, K.M, Irestedt, M., Guerrini, M., Barbanera, F. & Rheindt, F.E. (2021). Novel genome reveals susceptibility of popular gamebird, the red-legged partridge (Alectoris rufa, Phasianidae), to climate change. Genomics 113: 3430-3438 (doi: 10.1016/j.ygeno.2021.08.010).
Foto: J.J. Negro
