Aunque a todos nos duele no cobrar la caza herida, ésta siempre ha jugado un papel fundamental en nuestros ecosistemas: alimentar a especies carroñeras, muchas de ellas en peligro de extinción.
En ocasiones, se ha optado también por establecer "comederos" para que buitres y alimoches puedan aprovechar los despojos de caza mayor y así contribuir a su conservación. Al fin y al cabo, si tenemos una mentalidad integral el beneficio para el ecosistema puede ser muy superior.
Un estudio firmado por Patricia Mateo y colaboradores, realizó una revisión sobre el impacto de la carroña de origen cinegético en las especies carroñeras, recopilando para ello datos de España y otros países a lo largo de cuatro continentes.
Nada menos que 79 especies, 19% de ellas el peligro, se alimentaron de restos procedentes de la caza, y el número de especies carroñeras se relacionó con la riqueza de vertebrados en cada sitio estudiado. Es decir, cuanta más carroña mayor diversidad de vertebrados. Tanto aves como mamíferos aprovecharon la carroña, siendo las aves más importantes en consumo, pero más numerosas las especies de mamíferos.
Aunque los autores sugieren que deberían realizarse más estudios para conocer qué tipos de carroña consumen los distintos carroñeros y las interacciones entre especies, no hay duda de que la carroña "que viene de la caza" está ayudando en la conservación de muchas especies.
Referencia del artículo:
Mateo‐Tomás, P., Olea, P. P., Moleón, M., Vicente, J., Botella, F., Selva, N., ... & Sánchez‐Zapata, J. A. (2015). From regional to global patterns in vertebrate scavenger communities subsidized by big game hunting. Diversity and Distributions.