Si eres cazador de becada, no es necesario que te contemos la pasión que esta especie despierta en toda Europa, y si no es así, muy seguramente estés familiarizado con la afición y esfuerzos de "los becaderos" para que las becadas puedan seguir cazándose de forma sostenible.
Como en otras especies cinegéticas, las olas de frío suelen suponer un momento muy delicado por las consecuencias negativas que puede suponer cazar; al fin y al cabo, las aves lo tienen más difícil para mantener su temperatura corporal y encontrar alimento, dado que tienen que introducir su largo pico en el suelo y así encontrar presas como las lombrices. Por lo tanto, urge saber cómo debería planificarse la caza cuando hace tanto frío.
Es lo que hicieron Sánchez-García y colaboradores, de la Game & Wildlife Conservation Trust del Reino Unido, que estudiaron las reservas energéticas de 1.689 becadas anilladas y 221 capturadas en Reino Unido. Utilizando una compleja fórmula matemática desarrollada previamente, fueron capaces de establecer dos cosas: el tiempo que las becadas podrían estar sin comer hasta que se produjera la muerte por inanición y la distancia que podrían recorrer en caso de que decidieran huir.
Los principales resultados fueron los siguientes:
1. Por lo general, las becadas son capaces de guardar una cantidad importante de energía en forma de grasa, incluso cuando hiela, pero siempre que haya un pequeño deshielo durante el día para que puedan seguir comiendo.
2. Para las becadas capturadas, se calculó que como media podrían desplazarse 860 km y aguantar 6 días sin comer en el caso de una ola de frío.
Como en Reino Unido las restricciones para dejar de cazar aves cinegéticas durante una ola de frío sólo son obligatorias 7 días después del comienzo de la misma (sin tener en cuenta si el suelo se deshiela o no), podría darse el caso de que las becadas se siguieran cazando cuando algunos animales se estuvieran "muriendo de hambre".
Por ello, los autores recomiendan que las restricciones debieran activarse antes, en concreto tras 4 días de frío con suelo helado, manteniéndose 7 días después del final de la ola de frío. Esto garantizaría la supervivencia del 80-90% de las becadas, aunque dependería de cada caso concreto.
Los autores discuten en el artículo las restricciones de otros países como Francia, Italia y España, y llegan a la conclusión de que si se siguieran estas directrices, el número de días "no cazados" no sería muy notable, y con ello se garantizaría la pervivencia de la "Dama del bosque".
Referencia del artículo
Sánchez‐García, C., Williams, O., & Hoodless, A. (2018). Regulation of body reserves in a hunted wader: Implications for cold‐weather shooting restrictions. Journal of Applied Ecology.