Tras la detección, a finales del verano de 2010, de un inusual número de perdices y faisanes muertos en la provincia de Cádiz, se puso en marcha un protocolo de seguimiento que incluía la recogida de muestras para su valoración y búsqueda de las posibles causas que estaban provocando esta situación.
Un interesante trabajo realizado por Agüero y colaboradores encontró que estos animales estaban afectados por un virus del género Flavivirus, denominado virus Bagaza. Este virus había tenido una distribución tradicional hasta el momento en áreas de África subsahariana y la India y se trataba, por tanto, de un proceso emergente no detectado con anterioridad en esta latitud.
El proceso comenzó tras la detección, en septiembre de 2010, de esas elevadas mortalidades sobre todo de perdices rojas, pero también de algunos faisanes, en diversos cotos de caza de la provincia de Cádiz. Los autores destacan que no hubo evidencias de mortalidad en otras especies de aves. Los animales afectados presentaban cuadros de postración, temblores, incoordinación y diarrea blanquecina hasta finalmente morir.
Inicialmente se sospechó que podría tratarse de casos de West Nile Virus (Fiebre del Nilo Occidental, también de origen africano y del mismo género), por coincidir con un broté que afectó en la misma época a caballos. Sin embargo, se enviaron muestras de 11 perdices y 2 faisanes al Laboratorio Central de Veterinaria de Algete que mostraron resultados negativos a este proceso.
Finalmente, tras diversos análisis laboratoriales se llegó a la conclusión de que el responsable de este brote era el virus Bagaza. Se reconoce además que en la dispersión mundial de estos flavivirus desde sus zonas de origen participan de forma destacada las aves migratorias, pudiendo haber sido ésta la vía de entrada más probable en España.
Desde un punto de vista de gestión de nuestros cotos tenemos que destacar que es fundamental estar alerta e identificar de forma rápida cualquier mortalidad o animales enfermos, cinegéticos o no, que aparezcan en a lo largo del año, sea durante la temporada de caza o no. Una rápida actuación y una adecuada comunicación con los servicios veterinarios para conseguir un diagnóstico certero y ágil puede ser fundamental para la correcta gestión del brote. Si el proceso se demora en el tiempo y el brote se extiende, puede agravarse notablemente, siendo más difícil de controlar a medida que pase el tiempo.
Por otro lado, la adecuada recogida y gestión de los posibles cadáveres, previa toma de las pertinentes precauciones, tanto para nosotros como para nuestros perros, favorecerá la limitación del proceso y minimizará su dispersión.
Referencia del artículo:
AGUERO, M., FERNÁNDEZ-PINERO, J., BUITRAGO, D., SÁNCHEZ, A., ELIZALDE, M., SAN MIGUEL, E. et al. Bagaza virus in partridges and pheasants, Spain, 2010. Emerg. Infect. Dis. 2011, Aug. http://dx.doi.org/10.3201/eid1708.110077.
Palabras clave:
Perdiz, faisán, mortalidad, virus Bagaza, Cádiz.