La sarna sarcóptica es una de las enfermedades parasitarias de mayor repercusión en la fauna silvestre en general y en muchas especies cinegéticas en particular.
Se trata de una zoonosis (puede afectar a las personas) altamente contagiosa provocada por el ácaro Sarcoptes scabiei.
Este agente está presente en prácticamente todo el mundo y puede afectar a multitud de especies, incluido el hombre como hemos indicado.
Entre las especies afectadas se encuentran:
• Ganado doméstico: cabras, cerdos, ovejas y vacas.
• Fauna silvestre: Cabra montés, rebeco, arruí (ungulados gregarios) y el zorro. También pueden padecer la enfermedad los ciervos, conejos, mustélidos, lobo o lince entre otros.
Aunque su difusión es mundial como hemos apuntado y puede afectar a multitud de especies, algunas son especialmente sensibles, pudiendo aparecer brotes epidémicos. En el caso de la Península Ibérica destacan algunos surgidos en poblaciones de cabra montés y rebeco en la Cornisa Cantábria e, incluso, algunos que afectan a carnívoros como el zorro o el propio lobo ibérico en algunas regiones. También el conejo de monte es una especie muy sensible que puede sufrir de forma notable el impacto de esta enfermedad.
¿Qué síntomas tiene la sarna?
La hembra del ácaro escaba galerías en la capa cornea de la piel donde deposita sus huevos, provocando procesos de inflamación y picor intenso.
Posteriormente evoluciona a zonas con alopecia (sin pelo). Generalmente, los síntomas aparecen en determinadas zonas de la piel (codos, orejas, parte ventral del abdomen) extendiéndose a medida que avanza la enfermedad.
Existen distintos grados en función de la superficie cutánea afectada, pudiendo causar la muerte de los animales afectados cuando el proceso se generaliza.
Cuando se producen brotes epidémicos pueden aparecer elevadas mortalidades e las poblaciones afectadas hasta que, finalmente, se estabilizan (carácter autolimitante de la enfermedad). Los motivos de la aparición de estos brotes son, entre otros, el carácter gregario de las especies y unas grandes densidades poblacionales que facilitan la propagación.
No debemos olvidar tampoco el papel en la transmisión de la enfermedad de las especies domésticas.
Tratamiento:
La aplicación de tratamientos en fauna silvestre resulta compleja y tiene algunas limitaciones, en todo caso, el fármaco de elecció es la ivermectina, un antiparasitario de amplio espectro que puede aplicarse por vía oral, subcutánea o sobre la piel (vía tópica).
En todo caso, una adecuada gestión preventiva, basada entre otros aspectos en una buena planificación y control óptimo de densidades, junto con la restauración de los equilibrios en los ecosistemas serán sin duda las principales herramientas para la prevención de la aparición de la enfermedad.
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