La triquinelosis, triquinosis o triquina, es una enfermedad causada por el parásito Trichinella spiralis. Está presente en varias especies tanto domésticas como silvestres. Además es una zoonosis, por lo cual, afecta al hombre. El cerdo doméstico y el jabalí son muy importantes en el mantenimiento y trasmisión de la enfermedad, actuando como reservorio.
Existen dos ciclos de la enfermedad uno doméstico (actualmente muy controlado en los países desarrollados) y un ciclo silvestre. En este último ciclo, las especies que actúan como reservorio, manteniendo la enfermedad, son principalmente el jabalí, pero no podemos olvidarnos del zorro, el lobo y los roedores.
Su ciclo se centra en el consumo de carne (animales carnívoros o carroñeros). Los parásitos forman quistes en la musculatura del animal infectado, que cuando son comidos pasan al intestino del nuevo huésped donde se reproducen. Las larvas migran de nuevo a los músculos y se enquistan provocando lesiones diversas en función del lugar donde se ubican, cerrando así el ciclo.
Los músculos donde son más frecuentes las migraciones y, por tanto, las lesiones, son aquellos que están más oxigenados (los que más se mueven) como el diafragma, la lengua, maseteros, intercostales, corazón y músculos del globo ocular principalmente. Por ello, las muestras que obligatoriamente debe analizar el veterinario deben contener alguna de estas partes (diafragma, lengua e intercostales habitualmente).
La infestación en humanos es consecuencia, por tanto, del consumo de animales parasitados (cerdos y más frecuentemente jabalíes), por ello es obligatorio analizar todos los porcinos, tanto domésticos (realizado obligatoriamente en el matadero) como salvajes (veterinarios autorizados, oficiales o colaboradores) eliminando aquellos que son positivos. Además, se recomienda evitar el consumo de carne cruda o poco hecha, procurando que se cocine a altas temperaturas y durante un tiempo prolongado, para reducir aún más los riesgos. Los ahumados y salazones no eliminan las larvas ni tampoco los embutidos o las carnes "exóticas" (crudas o secas), por ejemplo unos cazadores se contagiaron por consumir carne de oso en Canadá.
Los síntomas de la triquina en humanos tienen varias fases:
• Fase inicial o gastrointestinal: dolor abdominal, vómitos y diarrea, cuando ha pasado poco tiempo desde el consumo de la carne parasitada. El tratamiento con antihelminticos (medicamentos antiparasitarios) es efectivo sólo en esta fase. Posteriormente no existe tratamiento específico y solo se pude luchar de forma sintomática.
• Fase muscular: fiebre y dolores musculares. Los quistes provocan lesiones de tipo mecánico por la migración en función de su localización. En el musculo cardiaco provocan arritmias e insuficiencia cardíaca, además pueden aparecer dolores de cabeza e incluso meningitis cuando migran próximas al cerebro. También es frecuente la fotofobia (cuando afecta a músculos oculares). Otros efectos pueden ser problemas respiratorios, etc. No existe tratamiento específico ya como hemos indicado y el individuo puede quedar infectado de por vida o, incluso, morir si no se trata a tiempo.
Es cierto que es una enfermedad altamente controlada en el cerdo doméstico, sin embargo, en el jabalí, somos los propios consumidores los que estamos obligados legal y moralmente a solicitar la realización de la prueba al veterinario correspondiente, por muy pocas posibilidades que existan de contraer la enfermedad. El coste de la prueba es bajo, sobre todo teniendo en cuenta el riesgo que corremos sino sabemos con certeza que lo que comemos (o damos de comer) está libre de Triquina y no debemos olvidar que todos los años aparecen casos.
Palabras clave: Triquina, zoonosis, cerdo, jabalí, veterinario