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Sanidad

Tuberculosis bovina. Breves pinceladas.

04 November 2011

Conocida desde la antigüedad, la tuberculosis es la enfermedad que más muertes humanas y animales ha provocado a lo largo de la historia. Este proceso contagioso, compartido por el hombre, el ganado (zoonosis) y la fauna silvestre está causada por el bacilo Mycobacterium bovis. Aunque la su principal huésped es la especie bovina, existe un gran número de animales susceptibles de ser infectadas, entre ellas:
• Especies domésticas: perros, gatos, cabras y cerdos. Oveja y caballo son resistentes.
• Fauna silvestre: liebre, conejo, tejón, rata, ciervo, corzo, gamo, cabra montesa, rebeco, muflón, jabalí, lobo y lince.

La tuberculosis aviar (M.avium) afecta principalmente a las aves pero afecta también a otras especies como: cerdo, vaca, oveja, cérvidos, perros y gatos, etc.

Mecanismos de transmisión:
• Transmisión respiratoria: importante para las profesiones con un estrecho contacto con el campo, como ganaderos, cazadores, matarifes y veterinarios.
• Trasmisión digestiva: consumo de alimentos contaminados crudos (Ej: leche contaminada)
• Transmisión cutánea: No muy frecuente. A través de heridas, vía genital o por material contaminado.

Evolución de la enfermedad:
• Periodo primario: foco primario local, en el lugar de entrada de la bacteria. El animal queda sensibilizado.
• Periodo post-primario: segunda infección.
• Periodo de ruptura: generalización de la infección en todo el organismo.

La tuberculosis es una enfermedad de carácter crónico cuyos síntomas pasan desapercibidos durante las fases iniciales. En primer lugar los animales se muestran débiles, anoréxicos y febriles. Pero son las lesiones pulmonares, como la bronconeumonía, que provoca que los animales tengan una tos crónica, intermitente y húmeda.

Sin embargo, estos síntomas no sirven para diagnosticar con seguridad la enfermedad. Para confirmarlo necesitamos realizar una prueba diagnóstica como la de la tuberculina. Esta prueba consiste en inyectar “extracto” de la bacteria a nivel intradérmico (debajo de la piel). Tres días después se observa y mide el “bulto” formado en la zona. En el caso de que el bulto supere un tamaño concreto, el animal está enfermo. Resumiendo, si tres días después de la inyección o prueba, el animal presenta una evidente inflamación en la zona, el animal es positivo.

Las lesiones características de los animales infectados son ganglios linfáticos aumentados de tamaño y consistencia; generalmente a nivel pulmonar. Los pulmones, el hígado y el bazo también pueden estar afectados. En el caso de la fauna silvestre, el único método de diagnóstico es el análisis de lesiones, la necropsia, cuando el animal esta muerto, puesto que la prueba de la tuberculina, a pesar de que se exige legalmente para realizar translocaciones de rumiantes cinegéticos y jabalí, no es específica y puede conducirnos a algún error. La lesión más típica de la tuberculosis cuando el animal lleva enfermo mucho tiempo es la presencia de nódulos, que pueden alcanzar un tamaño considerable, en ganglios, pulmón, hígado... con aspecto de quistes que, al abrirlos, presentan un color blanquecino e incluso, a veces, pueden estar calcificados.

El papel que juega la fauna silvestre como reservorio de la enfermedad tiene una gran importancia económica y de salud pública. La efectividad de las medidas de control se reduce enormemente, reapareciendo focos de la enfermedad constantemente. En España el jabalí y el ciervo son las especies más importantes en el mantenimiento de la tuberculosis bovina.

El control de la tuberculosis en estas especies presenta unas claras diferencias respecto al ganado doméstico, entre otras medidas está la vacunación a bajas dosis de las poblaciones silvestres o la reducción poblacional. La efectividad de estos métodos se sigue estudiando, valorando siempre cada situación en particular. Sin olvidarnos por supuesto del coste que ello supone su posible aplicación real y sus repercusiones medioambientales.

Hay que mirar por tanto a la fauna silvestre como el último obstáculo que salvar para eliminar la tuberculosis bovina en nuestro país, siendo la actividad cinegética una importante herramienta para su gestión y, sobre todo, para la identificación precoz de casos en reses abatidas, que permitan establecer medidas eficaces de gestión de forma temprana.

Palabras clave: Tuberculosis, zoonosis, jabalí, ciervo.

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